Trabajo en una peluquería: medidas de prevención de riesgos laborales higiénicos y por uso de productos químicos

El trabajo en una peluquería entraña numerosos riesgos laborales, la mayoría de ellos higiénicos y asociados al uso de productos químicos. El sector de la peluquería ha sido uno de los más perjudicados por las medidas de confinamiento. Exceptuando las grandes cadenas, existe un elevado porcentaje de personas trabajadoras autónomas en el sector, solas o con un puñado de personas contratadas.

En USO, vamos a tratar esta profesión desde la perspectiva de los riesgos higiénicos; en concreto, por la utilización de productos químicos y sus efectos sobre la salud de la persona que los manipula o administra.

Antes de entrar en detalle, debemos exponer que uno de los principios para la gestión preventiva que marca la Ley de Prevención de Riesgos Laborales es eliminar el riesgo en su origen. Así, muchos productos utilizados en el sector pueden ser sustituidos por otros menos peligrosos, si bien su coste es mayor. Ahí se enfrentan los criterios económicos en la gestión empresarial contra la salud de las personas que los manipulan.

Riesgo químico: daños en la piel y en el sistema respiratorio

Los daños en la salud de las personas pueden producirse por inhalación de aerosoles y vapores producidos durante la aplicación de los productos; por contacto directo con los ojos o la piel; y por heridas en la piel.

En el sistema respiratorio, estos daños los producen los sensibilizantes respiratorios. Estos son sustancias que, al ser inhaladas, pueden dar lugar a reacciones alérgicas de las vías respiratorias y provocar diferentes síntomas, como ataques de asma, tos, congestión, estornudos, irritación e inflamación de ojos e incluso fiebre. Podrían desembocar en las siguientes patologías:

  • Rinitis: inflamación de la mucosa nasal que se manifiesta con estornudos, picor nasal, congestión y mucosidad.
  • Asma: trastorno reversible que provoca que las vías respiratorias se hinchen y estrechen. Provoca ataques de ahogo, dificultad para respirar, silbidos y opresión en el pecho.
  • Alveolitis alérgica extrínseca: afección pulmonar más grave que puede producir daño irreversible en el pulmón y puede provocar síntomas parecidos a una gripe.

En la piel, pueden provocar dermatitis por sensibilizantes cutáneos, llegando a producir a alergias a estos productos. Pueden asimismo aparecer en otras partes del cuerpo donde no ha habido contacto con el agente. Algunos productos que provocan estas son el látex de los guantes, el níquel de las herramientas de trabajo y los componentes de químicos de los tintes.

En la piel y los ojos, pueden darse irritaciones y quemaduras por contacto directo con algunos productos. Por ejemplo, oxidantes concentrados. O conjuntivitis, que es una alergia ocular que provoca picor, ojos rojos, lagrimeo y sensación de cuerpo extraño en el ojo.

Trabajo con químicos en peluquerías: riesgos para la fertilidad y el embarazo

En el sistema reproductivo de la mujer, el uso de algunos de estos productos se ha asociado con una mayor probabilidad de tener problemas de fertilidad, abortos o malformaciones fetales, no siendo el único factor de riesgo. Debe tenerse en cuenta, además, que estas trabajadoras pasan más de cuatro horas de pie y la jornada laboral suele ser mayor de ocho horas, sin olvidar la excesiva carga de trabajo que por sí misma genera peligrosidad en la actividad.

En casos más extremos, pueden influir en la aparición de diferentes tipos de cáncer. El formaldehído se ha relacionado con cáncer nasofaríngeo, seno-nasal, y leucemia mieloide y pulmonar. Se usa en champús, acondicionadores y productos de uñas por su capacidad conservante. También puede liberarse en tratamientos para el alisado brasileño. Las aminas y derivados, frecuentes en los tintes, se relacionan con el cáncer de vejiga.

Qué debemos buscar en las etiquetas de los productos cosméticos y sus componentes químicos

Los productos cosméticos deben estar bien etiquetados. Debe haber, además, información sobre sus riesgos en el sitio de almacenaje. En el envase o etiqueta, puede comprobarse si contienen productos peligrosos. Se utiliza la nomenclatura INCI para evitar confusiones. Así:

  • Los extractos de plantas y el agua se nombran en latín.
  • Los ingredientes de perfume se engloban como “parfum”, sin más detalle.
  • Los colorantes se nombran por códigos numéricos oficiales (nº del Colour Index C.I.) en la etiqueta: ejemplo, CI 77891.
  • El resto de ingredientes se nombran con su nombre químico en inglés.

El nombre INCI permite consultar en la base de datos “Cosing” si un componente está prohibido en productos cosméticos (Anexo II del Reglamento 1223/2009) o solo permitido hasta una cantidad determinada (Anexo III de Reglamento 1223/2009).

Cómo reducir los riesgos de exposición en el trabajo y uso de una peluquería

Para reducir el impacto de estos agentes en la salud de las personas trabajadoras y sus clientes, debe actuarse sobre el local donde se utilicen con sistemas de extracción localizada o de ventilación forzada. Como exponíamos al principio, deben sustituirse los productos peligrosos por los que generen menos riesgo. En el mercado existen soluciones menos dañinas, con base en formulaciones naturales. Al mismo tiempo, deberían implantarse las siguientes medidas preventivas:

  • Informar sobre las características de los productos y mezclas que se usen, siguiendo estrictamente las instrucciones del fabricante sobre su utilización.
  • Usar rociadores de bombeo en lugar del producto en spray para evitar así los gases típicos de estos productos.
  • Tratar de no utilizar productos en forma de polvo fino, que puede contaminar el aire y llegar a bronquios y pulmones. Mejor usar granulados, pastas o geles líquidos.
  • Realizar trasvases en zonas específicas y bien ventiladas, lejos de focos de calor, usando embudos, dosificadores o sifones. Etiquetar el nuevo envase.
  • Preparar los productos en un lugar específico, preferiblemente separado y bien ventilado, utilizando guantes para esta operación.
  • Es aconsejable realizar los cortes de cabello antes de los cambios de color y las decoloraciones.
  • Limpiar inmediatamente, y según las instrucciones del fabricante, cualquier derrame. También los utensilios de preparación y aplicación, los restos de producto en peines, tijeras o lavacabezas.
  • Procurar alternar tareas para evitar repetir la misma durante toda la jornada. Se reducirá la exposición a la fatiga.

Diferentes EPI para el trabajo en una peluquería

Si las medidas anteriores no han sido suficientes para reducir el riesgo, deben portarse equipos de protección de individual, EPI, con las siguientes características para el trabajo en una peluquería:

  • Los guantes deben tener el pictograma de protección química en el guante o en la caja, si son desechables, conforme a la norma UNE-EN 374 o 375, según su resistencia.
  • Las mascarillas autofiltrantes contra polvo y partículas deben cumplir la norma UNE-EN 149. Las FFP1 son suficientes.
  • Otras mascarillas autofiltrantes, contra gases y vapores, deben cumplir la norma UNE-EN 405. Tiene los filtros integrados y va marcada con diferentes códigos, según los contaminantes contra los que protege. Para el formaldehído, es correcto el filtro marcado con letra “B” y color gris.
  • Las gafas de montura integral protegen los ojos de salpicaduras, impidiendo la entrada de gotas de líquido. Para salpicaduras, se utilizan las de Campo de uso 3. Las de Campo de uso 5 son más herméticas y protegen de gases. El fabricante debe especificarlo en la montura.

Riesgos añadidos en las peluquerías ante el coronavirus

Como hemos podido observar, los productos químicos pueden generar alergias y patologías consideradas como enfermedades profesionales o enfermedades del trabajo, con diferentes procedimientos de actuación.

Ahora bien, en USO creemos que el reconocimiento médico previo a la incorporación, así como los periódicos, deben ser obligatorios, tanto para las personas que manipulan estos agentes como para las personas que trabajan en los ambientes donde se manipulan, cargados de químicos por ventilaciones inadecuadas, con objeto de detectar características personales que pudieran convertirlas en especialmente sensible a la exposición a algunos agentes químicos.

De cara al control de la pandemia del coronavirus, el 30 de abril se publicó una Guía de Recomendaciones, elaborada por varias asociaciones estatales del sector de la peluquería, con base en la publicada por el Ministerio de Sanidad para el trabajo en comercio. Una de las medidas que proponía era entregar una mascarilla, obligando al uso de mascarilla durante toda la jornada, y guantes para su uso individual. A criterio del salón y de su equipo, sustituir las mascarillas por una pantalla de protección facial plástica.

De la misma forma, recomiendan usar guantes de forma sistemática, especialmente entre cliente y cliente, o cuando se tocan objetos, cambiándolos siempre que se humedezcan, manchen o deterioren. Por otro lado, debe prestarse especial atención donde ya está previsto su uso, como servicios de coloración o en el lavacabezas.