USO conmemora el Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Personas denunciando esta grave violación de los DDHH y animando a ser parte activa en la lucha contra la trata

El Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Personas se instauró por primera vez en la Conferencia Mundial de la Coalición Contra el Tráfico de Personas en Bangladesh, en enero de 1999, con motivo de la primera norma legal contra la prostitución infantil, el 23 de septiembre de 1913, en Argentina.

La trata de seres humanos con fines de explotación sexual es, según la ONU, la nueva forma de esclavitud del siglo XXI y la lucha contra esta debe ser constante. Afecta a unos 4 millones de personas a nivel mundial, siendo España, en el contexto europeo, uno de los principales países de destino. Es un fenómeno que no es precisamente neutral en términos de género, ya que afecta, fundamentalmente, a mujeres y niñas.

La lucha contra la desigualdad de género es la lucha contra la trata

Aunque se han producido grandes avances en España en materia de género, la trata sigue siendo un problema central sin resolver. Lo que se ha conseguido en términos de igualdad y a través del diseño de planes nacionales y autonómicos contra la trata es insuficiente, pero completamente necesario.

Desde USO creemos que trabajar por la igualdad de género es condición necesaria para luchar contra la lacra de la trata. Muchos son los actores que permiten que exista y opere la trata más allá de los principales explotadores y es nuestra responsabilidad hacer algo para que esto no ocurra. Los sindicatos sí podemos actuar contra la trata con fines de explotación sexual y ser parte activa de la solución.

Seguiremos trabajando para mejorar en el objetivo de la igualdad, tanto dentro de las empresas como fuera de ellas. La trata es un tipo de violencia que se ejerce contra las mujeres, fundamentalmente, de forma diferenciada. Por ello es muy importante seguir denunciando las desigualdades de género, colaborar con instituciones y organismos para visibilizar el problema, velar por el cumplimiento de la ley y promover políticas específicas.

La visibilización de la trata, el primer paso para su lucha

La trata de personas posee una clara dimensión global. En consecuencia, numerosas han sido las normativas, estrategias de acción y planes que se han realizado para abordar esta problemática, tanto nacionales como internacionales. El Protocolo de Palermo; la Convención de la ONU sobre los derechos del niño (1989); la CEDAW; los convenios 197 y 210 del Consejo de Europa; la Estrategia de la UE para la erradicación de la trata, o las diferentes normativas nacionales de tipificación, prevención y persecución del delito, son algunos ejemplos.

Pero a pesar de la existencia de dicho marco legal, la trata de personas con fines de explotación sexual sigue estando invisibilizada. Siendo un fenómeno que no es precisamente nuevo, ha permanecido oculto durante mucho tiempo.

El principal impedimento con el que nos encontramos es que la mayoría de la actividad ocurre en la clandestinidad, a pesar de ser un negocio mueve miles de millones. Es difícil recopilar datos, por lo que es fundamental, en este sentido, el trabajo que realizan instituciones, instancias internacionales y sobre todo desde las asociaciones y ONG.

Mujeres migrantes, las principales afectadas

Entre las causas de la trata se encuentran los grandes niveles de desigualdad entre países; una pobreza cada vez más feminizada; la violencia de género; la división sexual del trabajo, y las desigualdades en el acceso a la educación y al empleo de las mujeres. Todo esto, sumado a las condiciones alimentarias y climáticas actuales, ha provocado una mayor complejidad de los fenómenos migratorios.

Las mujeres más afectadas por este tipo de violencia son, por tanto, las que ya partían de una situación desfavorecida: mujeres migrantes. La promesa de trabajo o una vida mejor lleva a muchas de ellas, algunas con menores o dependientes a su cargo, a caer en el engaño, la coacción, el chantaje, las amenazas o la violencia física.

En este contexto, la prostitución, donde existe una excesiva demanda, es el principal destino de las víctimas de trata. Además, las víctimas pueden ser explotadas a través del servicio doméstico, matrimonios serviles, redes organizadas de mendicidad, actividades delictivas o incluso extracción de órganos.

Aprobación del “Plan Camino”

Coincidiendo con este día conmemorativo, el Consejo de Ministros ha aprobado el “Plan Camino” para la protección de los derechos de mujeres y niñas víctimas de trata, explotación sexual y en contextos de prostitución.

Ha sido impulsado por el Ministerio de Igualdad, aunque se trabaja de forma transversal en diferentes departamentos. Pretende ejecutarse en el periodo 2022-2026 y se han invertido en él 204 millones de euros.

Según el Centro de Inteligencia contra el terrorismo y el crimen organizado (datos correspondientes al periodo 2017-2021) hay en España 873 víctimas de trata sexual y 2.227 de explotación sexual. La mitad de las víctimas de explotación sexual son mujeres de 18 a 32 años y 1 de cada 3, en una situación administrativa irregular.

Estos datos han incentivado la puesta en marcha del “Plan Camino” que sirve para completar las demás leyes existentes que se han diseñado en la lucha con la trata en España. Algunas de estas normativas son la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, el Plan Nacional de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra de Ucrania y el Plan Estratégico Nacional contra la trata.

Con él se pretende dar impulso el impulso político de atención en los contextos de prostitución y trata. Esto incluye: el estudio y análisis del problema; sensibilización y concienciación; desincentivar la trata; consolidar un sistema de acreditación de las víctimas sin denuncia previa, garantizando su autonomía, protección y asistencia sanitaria, y fomentar la regularidad documental para las mujeres extranjeras víctimas, entre otras cuestiones.