En el Día Internacional contra la LGTBIfobia, USO reafirma su compromiso en la lucha contra la discriminación por identidad de género u orientación sexual

Este 17 de mayo, Día Internacional contra la LGTBIfobia, desde USO reafirmamos nuestro compromiso contra la discriminación por motivos de identidad de género u orientación sexual. Este último año ha sido diferente pero de malos datos. Estamos aquí para recordar que queda mucho por trabajar para conseguir que la igualdad plena sea una realidad.

Según las estadísticas oficiales del Ministerio de Interior sobre los delitos de odio en el año 2019, el tercer tipo de incidentes más comunes se deben a razones de orientación sexual e identidad de género. Concretamente suponen el 16,3% de los delitos de odio, 13 más que en 2018.

Sin embargo, las asociaciones que luchan contra este tipo de discriminación advierten de que lo que llega a Interior es solo una parte del problema. No todas las denuncias –aunque cada vez son más- llegan a comisaría o no todos los incidentes constituyen delito. Esto es así porque aún existe miedo a manifestarse como LGTBI, así como una amplia desconfianza hacia los mecanismos de atención y protección de las instituciones.

Características de la discriminación por identidad de género u orientación sexual

Los datos del Ministerio de Interior nos revelan una serie de tendencias que nos permiten saber qué características tiene este tipo de discriminación. En primer lugar, las denuncias provienen mayoritariamente de hombres (un 72% frente a un 28% de mujeres). Y los autores de este tipo de delitos también son hombres (85% frente a un 15% de mujeres). Por tanto, dentro del propio colectivo LGTBI existen desigualdades y la relación entre violencia de género y la violencia a este colectivo es realmente estrecha.

La segunda tendencia tiene que ver con el entorno y se ha agravado durante el confinamiento. Las viviendas son el segundo lugar donde se han producido más incidentes de este tipo (40%) y gran porcentaje de las violencias son ejercidas por personas del entorno cercano (26%) o incluso familiares (14%). También en los entornos educativos, situando a la LGTBIfobia como una de las principales causas de acoso escolar. Jesús Generelo, expresidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB), destaca que según un estudio que él mismo dirigió, los menores trans tienen niveles de acoso y riesgo de suicidio muy por encima de la media.

Mientras que algunas personas aseguran haberse sentido más discriminadas durante el confinamiento, debido principalmente al rechazo en el ámbito familiar, otras han sentido verdadero alivio al dejar sus centros de trabajo o escuelas en las que se sentían acosadas o discriminadas, especialmente -y así lo reflejan varios estudios y testimonios- niños y adolescentes.

Vulnerabilidad añadida del colectivo trans

Por otro lado, es necesario destacar la vulnerabilidad añadida que poseen las personas trans, que continúan estando infrarrepresentado en las cifras recogidas. El estigma y la marginación a la que se enfrentan y un mayor índice de delitos hacia ellas demuestran que no se avanza de la misma manera y que es necesario regulación, además de otras acciones, para garantizar sus derechos. El último borrador de ley a nivel estatal, basado en el derecho autonómico, ha generado muchas controversias, por lo que aún no ha salido adelante. Sea como fuere, y aunque probablemente no acabe de raíz con la discriminación, es necesaria una ley que amplíe derechos y que surja de un debate social que cuente, sobre todo, con las personas afectadas.

Continuar trabajando de forma transversal y multidisciplinar contra la LGTBIfobia

Desde USO pedimos que se siga trabajando para luchar contra la discriminación hacia el colectivo LGTBI de una forma transversal y multidisciplinar. Por un lado, que se refuerce la colaboración público-privada para tener una concepción más amplia del problema. Y, por otro, que se trate desde todos los ámbitos a los que afecta: educación, cultura, igualdad, trabajo, etc., y contando con las víctimas, a las que debemos aproximarnos.

Además, reivindicamos un debate sano sobre las principales cuestiones que afectan a los derechos de las personas trans, más desamparadas y discriminadas, y que fruto de ese debate, se apruebe una ley definitiva.

Sustituyamos la palabra tolerancia por la de igualdad. Tolerar supone permitir o soportar algo que no te gusta, que va en contra de tus ideas u opiniones, pero el género u orientación sexual no es ninguna opinión. A nadie se le ocurriría tolerar que algún otro sea “heterosexual” o darle permiso para serlo. Hablamos de igualdad porque todas las personas se merecen ser tenidas en cuenta por su esfuerzo, su trabajo o su manera de comportarse con los demás sin que su condición sexual tenga que mencionarse siquiera.