USO lamenta las víctimas mortales en la valla de Melilla y exige una política migratoria que cumpla con los derechos humanos en las fronteras

USO denuncia y condena el uso de la violencia indiscriminada en la valla de Melilla y se adhiere a la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en la que condena al Estado Español por las “devoluciones en caliente” en las vallas de Ceuta y Melilla, ya que vulneran la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Art. 5, punto 4).

Decenas de personas murieron en el último intento de cruzar la frontera en Melilla. Entre las personas que lograron entrar se encuentran sudaneses, susceptibles de protección internacional debido al conflicto armado que asola su país.

Desde USO lamentamos las muertes y exigimos una política migratoria que cumpla con el respeto a los derechos humanos en las fronteras.

El problema de la externalización de fronteras

En 1993 se construyeron las vallas de Ceuta y Melilla y, desde entonces, la externalización de fronteras de los países europeos se ha ido acrecentando en las últimas décadas, como apunta la ONG Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Esto conlleva un serio riesgo para el derecho de asilo.

Esta práctica común entre los Estados miembros de la UE desplaza la gestión de las políticas migratorias y de asilo hacia terceros países, que tienen el objetivo de contener la llegada de personas refugiadas e inmigrantes en situación irregular. Estas políticas de externalización de fronteras incluyen medidas como la disuasión y la contención en tránsito, así como la devolución en las llegadas. Esto refuerza los cuerpos de control y las agencias de seguridad nacionales e internacionales y la firma de acuerdos bilaterales o multilaterales de readmisión. A esto hay que añadir la instrumentalización de la ayuda oficial al desarrollo a la colaboración en materia migratoria por parte de terceros estados receptores.

La externalización de las fronteras genera situaciones de vulnerabilidad, desprotección y vulneración de derechos, como las sucedidas recientemente en la valla de Melilla. Marruecos es socio preferente para España en cuestiones migratorias y CEAR destaca que, entre los aspectos más preocupantes de la externalización de fronteras con este país, está el plazo de diez días que se da para solicitar la readmisión, que dificulta la identificación de necesidades especiales o el acceso a la protección internacional. Tampoco hay ninguna mención expresa al respeto a los derechos humanos de las personas readmitidas en Marruecos, un país que no garantiza el principio de no devolución y, por lo tanto, no es seguro para las personas refugiadas y migrantes.

Vulneración del derecho de asilo

Además de la violencia indiscriminada que puede terminar con un elevado número de muertos como en el caso de lo sucedido recientemente en Melilla, la externalización de fronteras hacia países que no respetan los derechos humanos supone una flagrante violación del derecho de asilo.

La falta de vías legales y seguras para acceder al procedimiento de protección internacional de forma individual, obliga a muchas personas a arriesgar sus vidas en el mar o en saltos a la valla. Muchas de las personas identificadas en este último suceso en Melilla eran originarias de Sudán, un país asolado por un conflicto armado. A estas personas se les ha impedido solicitar asilo de forma legal y segura; lo que choca frontalmente con la política de asilo desplegada por el Gobierno en el caso de Ucrania. España se situó en el mes de mayo como cuarto país en Europa en número de concesiones de protección a ucranianos, con más de 124.000 personas a las que se les ha tramitado la protección temporal (que incluye permiso para trabajar y residir).

Desde USO demandamos un cambio en la política migratoria y en la gestión de las fronteras de modo que cumpla con los derechos humanos. Situaciones tan dramáticas como la vivida recientemente en Melilla no pueden volver a producirse. Es imprescindible, asimismo, que se deje de vulnerar el derecho de asilo de aquellas personas que huyen de países en conflicto.