Elo, trabajadora de Eurest y delegada de USO, ha pedido su empleo un año y medio después de que le diagnosticaran fibromialgia. Eurest, una empresa dedicada a los servicios de cátering, no la quiere en sus filas porque está enferma. Y aunque Elo puede trabajar perfectamente en un puesto de trabajo adaptado, sus jefes han decidido que es mejor echarla a la calle después de 16 años de dedicación intachable.

La empresa, incapaz de admitir lo obvio, asegura que el despido se debe a “una amortización de un puesto de trabajo”, aunque ese puesto sigue existiendo. La realidad es que Eurest no quiere trabajadores enfermos.

Tras su incorporación al trabajo tras una baja, y pasadas apenas dos horas del inicio de su jornada, a nuestra compañera le fue comunicado su despido. Tras el impacto inicial, Elo decidió que iba a recurrir su despido y fue entonces cuando su situación pasó hacerse más difícil, recibiendo amenazas y coacciones por parte de la persona que le había comunicado el despido al recordarle que su marido trabajaba también en esa empresa.

A pesar de ello, Elo ha decidido seguir adelante con su lucha y el próximo 19 de diciembre se celebrará su mediación en el SMAC, para intentar resolver el conflicto y evitar que se inicie el proceso judicial.

“El despido de Elo es un ataque contra la libertad sindical y una clara vulneración de derechos fundamentales, porque además de trabajadora es delegada sindical. Además, la causa del despido no es cierta porque el departamento donde Elo trabajaba sigue funcionando con ocho trabajadores más”, reivindica Toñi Pérez, responsable de la Coordinadora de Servicios de USO-Madrid.