Las noticias que llegan tras el terremoto sufrido en Ecuador son muy trágicas. Con una magnitud de 7,8 en la escala de Ritcher, la región afectada por el seísmo ha sufrido una gran destrucción. De momento las cifras provisionales hablan de 413 víctimas mortales, varios miles de heridos y cuantiosos daños materiales.

Desde USO nos hemos puesto en contacto con las organizaciones sindicales hermanas, la Central Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas Unitarias de Trabajadores (CEDOCUT) y la Confederación Sindical de Trabajadoras y Trabajadores de Ecuador (CSE) para mostrarles nuestra solidaridad y apoyo en estos momentos.

Ecuador sufrió una gran emigración en los años noventa y primera década del siglo XXI, fruto de inestabilidad económica, social y política junto a la dolarización de la economía. De hecho, España recibió a cientos de miles de ecuatorianos que, con el paso de los años, muchos de ellos tienen doble nacionalidad. Eso hace más que probable que, tras el retorno de muchos antiguos emigrantes, haya víctimas españolas.

Ecuador está clasificado por su renta per cápita como país de renta media y eso ha podido provocar una reducción de ayudas de cooperación, cuando las bolsas de pobreza y de subdesarrollo son numerosas en el país.

La pobreza tradicional, ahora algo corregida tras una mejor redistribución de ingresos petrolíferos, es una de las causas que ha determinado la escasez de calidad en las viviendas e infraestructuras y la gravedad de la destrucción, mayor, en comparación con el vecino Chile en el que hubo, también hace poco, otro terremoto de similar intensidad.