En el Día Mundial del Sida, tenemos que alegrarnos del control de casos y la mejor calidad de vida, pero lamentamos que persistan los estigmas sociales
El Día Mundial del Sida es una jornada de reivindicación y llamada a la acción, enfocado en la inclusión. En él, queremos enfocarnos en la construcción de espacios inclusivos y libres de discriminación y violencias para las personas que viven con VIH o sida.
El sida, síndrome de inmunodeficiencia adquirida, es un estado avanzado de la infección causada por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). En este estado, provoca la destrucción progresiva del sistema inmunitario.
Según los datos de Vigilancia Epidemiológica del VIH y SIDA en España de 2024, elaborado por el Ministerio de Sanidad, los casos de VIH y de sida se han mantenido a la baja; sin embargo, debemos seguir trabajando en la prevención y en el diagnóstico oportuno.
Nuevos diagnósticos de VIH
En 2024, se notificaron en España 3.340 nuevos diagnósticos de VIH. Esto supone una tasa de 6,95 por cada 100.000 habitantes. No obstante, el Ministerio reconoce que hay un retraso en la notificación de diagnósticos, lo cual hace que, una vez que se haya completado dicha notificación, la tasa alcance los 7,44 casos por cada 100.000 habitantes.
Este dato es superior a la media Europea. En ello, puede influir un mejor acceso diagnóstico. En nuestro país, la prueba del VIH es gratuita y confidencial. Y, a pesar de ello, en el 51,1 % de las personas infectadas en 2024 estamos ante un diagnóstico tardío.
Registro nacional de casos de sida
Portar el VIH no es sinónimo automático de padecer sida. Aun así, en 2024 se notificaron 412 casos diagnosticados del síndrome, lo cual supone una tasa de 0,93 casos por cada 100.000 habitantes. Desde el inicio de la epidemia de sida hasta el 30 de junio de 2025, en España se han registrado un total de 90.669 casos.
Se destaca la relevancia de la reducción de nuevos casos de sida, que demuestra resultados positivos del tratamiento antirretroviral implantado en España desde hace más de dos décadas.
El estigma del sida
Como podemos apreciar, los casos de VIH y de sida en España se encuentran dentro de los parámetros de normalidad a nivel mundial. Sin embargo, es importante hablar de la estigmatización y de la discriminación que aun a día de hoy siguen sufriendo muchas de las personas con VIH o sida.
En este sentido, es importante señalar que, en julio de 2025, se derogó la Orden de junio de 1987 que impedía a las personas con VIH donar sus órganos. Es decir, a partir de este año las personas con VIH pueden donar sus órganos a otras personas con VIH. La eliminación de la Orden de 1987 contribuye a ampliar la disponibilidad de realizar trasplantes y, además, elimina normativa que estigmatiza y discrimina a las personas con VIH.
Las personas que conviven con el virus viven con una condición de salud específica. Por suerte, cada vez más controlada. Pero, además, se enfrentan a dificultades añadidas que se identifican con la discriminación y la estigmatización que el virus tiene asociada. Esta discriminación se manifiesta de diversas formas y les impone dificultades añadidas a sus proyectos de vida.
Trabajar con VIH
En muchos casos, las personas que viven con VIH se ven obligadas a rebelar que tienen VIH en el entorno laboral, o bien tener VIH se convierte en una barrera para el acceso al empleo. Son situaciones inaceptables y que van en contra del trabajo decente y las recomendaciones que la OIT ha hecho en la materia. Además, no solo las políticas empresariales pueden estigmatizar y socavar la dignidad y derechos de las personas que viven con VIH o sida, sino también las prácticas sociales y el trato con las y los compañeros de trabajo. En muchas ocasiones, solo por el estigma asociado al VIH, no quieren compartir un espacio de trabajo con ellos.
Por todo esto, debemos trabajar en desmontar estos estigmas que sufren las personas con VIH. Necesitamos crear espacios de trabajo dignos e inclusivos. El rechazo continuado ocasiona estrés psicosocial, coerción, violencia, pérdida de trabajo y exclusión social en las personas con VIH. Es por ello que, en la meta de ONUSIDA para 2030, se ha incluido un indicador más, el cero estigma, que permitirá, en conjunto con la meta 95 95 95, (95 % de la población diagnosticada, de la que el 95 % acceda a un tratamiento antirretroviral y un 95 % de esta tenga una carga viral indetectable) mejore la calidad de vida de la población con VIH y se garanticen sus derechos.
Desde USO, condenamos cualquier tipo de discriminación contra las personas que viven con VIH o sida y trabajamos todos los días para crear espacios de trabajo inclusivos en los que se protejan los derechos de todas las personas trabajadoras.
























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