2020 ha sido un año difícil para la mujer en la ciencia. La brecha de género se ha vuelto a ampliar con motivo de la pandemia

Desde el año 2016, cada 11 de febrero se celebra el Dia Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Una fecha en la que se reivindica el acceso y la participación plena en la ciencia para las mujeres y las niñas, además de buscar conseguir la igualdad de género y un empoderamiento de las mujeres, quienes históricamente han tenido menos oportunidades en este ámbito.

En un año tan difícil como ha sido el 2020, marcado por la pandemia, el objetivo de la igualdad en la ciencia se ha quedado atrás. Esto se refleja en algunos datos como que de cada 3 artículos relacionados con el covid-19 que se han publicado, solo uno de ellos tiene a una mujer como autora.

No incluir la voz de la mujer tiene consecuencias negativas. Además de conllevar una distorsión de la realidad que invisibiliza a la mujer en la ciencia, provoca que disminuya su capacidad de actuar como modelo para mujeres más jóvenes.

USO cree en la necesidad de incentivar las políticas que permitan la formación, capacitación y el apoyo, para que desde edades tempranas las niñas tengan una visión más motivadora y creativa de la ciencia, las tecnologías, las ingenierías y las matemáticas, incidiendo desde la eliminación de los estereotipos de género en el sector hasta la inspiración a través de mujeres referentes en el mismo.

¿Cuál es la presencia de la mujer en la ciencia?

Existen diversos estudios que señalan que la limitada presencia de la mujer en el entorno científico tiene como una de sus principales razones la existencia de estereotipos de género. Actualmente, según la Unesco, las mujeres representan menos del 30% de los investigadores científicos del mundo. Asimismo, en España las mujeres ocupan en 25% de las plazas de catedráticas en universidad y profesoras en el CSIC.

Sin embargo, existe un dato más preocupante aún: solo un 7% de las jóvenes de 15 años admiten querer dedicarse a profesiones encaminadas a la ciencia, mientras que en el caso de los chicos este dato se multiplica por tres.

Que exista esta dificultad para la llegada de las mujeres a puestos de investigación científicos no evita que exista una amplia cantidad de proyectos liderados por mujeres de gran nivel. En épocas pasadas tuvimos talentos como Ada Lovelace, creadora del lenguaje informático de programación, que nunca firmó su proyecto para que no fuera censurado por su género; Marie Curie, primera mujer en ganar el Premio Nobel, o Rosalind Franklin, ignorada descubridora del ADN. Actualmente, gracias a los avances sociales y a los esfuerzos que se están realizando por la igualdad, la existencia de mujeres científicas no es una excepción, y muchas de ellas están realizando descubrimientos cuya importancia será recordada incluso con el paso del tiempo.

¿A qué problemas se enfrentan las mujeres en la ciencia?

Históricamente, el papel de la mujer en la ciencia ha quedado relegado a un segundo plano en muchas ocasiones. Hay que entender que una mujer que se decanta por empezar una carrera en el difícil mundo de la ciencia se va a enfrentar a una serie de dificultades individuales, sociales, estructurales y culturales por las que los hombres no tendrán que pasar.

A pesar de que ya se han equiparado los permisos por nacimiento de hijo para ambos progenitores aún la mujer sigue relegada a las tareas de cuidado, dedicando más horas diarias a las tareas de cuidados y del hogar. Veremos cómo evolucionan las estadísticas a partir de enero de 2021 que ha sido cuando ha entrado en vigor la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad.

Por ejemplo, es notable la mayor falta de reconocimiento hacia los logros científicos de las mujeres. Si a este factor se le unen otros como la brecha salarial, por la cual una profesora o investigadora recibe un salario inferior que sus compañeros; los prejuicios sobre cuál es el papel de las mujeres en la ciencia o la falta de ayudas en cuanto a poder conciliar la vida laboral con la profesional, el contexto refleja una dificultad implícita para las mujeres.

Programas educativos por la igualdad en ciencia

¿Por qué no hay tantas mujeres dedicadas a la ciencia como hombres? Un estudio realizado por Microsoft asegura que la pérdida de interés por las ciencias llega a partir de los 11 años, siendo los 15 el momento en el que esto tiene un especial impacto. Sin embargo, cada vez existen más iniciativas que persiguen un objetivo común: promover el papel de la mujer en la ciencia.

Uno de ellos es el Proyecto Hypatia, a nivel europeo. Su objetivo es fomentar el modelo STEM, que engloba ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, a través del contacto entre centros educativos, museos de ciencias o centros de investigación con expertos en cuestiones de género y con los propios adolescentes.

A nivel nacional, España desarrolla proyectos interesantes como InspiraSTEAM, iniciativa comenzada en 2017 en Euskadi y promovida por la Universidad de Deusto. Su objetivo es concienciar sobre la necesidad de que el desarrollo científico del país se produzca entre hombres y mujeres, poniendo en valor a las mujeres en este ámbito y mostrando los estereotipos existentes para que estos no condicionen la elección de estudios.

También hay que destacar la organización “11 de febrero”, fecha del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Su actuación pasa por la realización de actividades, talleres, actuaciones o charlas durante la primera quincena de febrero en diferentes centros educativos, centros culturales o museos para visibilizar el trabajo de las científicas.