Como todos los años, el 5 de octubre se celebra el Día Mundial de los Docentes, una oportunidad para reflexionar sobre la enseñanza y el papel que desempeñan los que a nuestro juicio deben ser sus principales protagonistas, los docentes. El lema de este año es “Docentes jóvenes: el futuro de la profesión”. Con este lema, se quiere hacer también una llamada de atención para la regeneración del sistema docente con la incorporación de jóvenes profesionales motivados y preparados. Como se lee en el texto “al ser la docencia una profesión mal pagada e infravalorada, resulta muy difícil atraer y retener el talento”, la UNESCO destaca que el mundo necesita casi 49 millones de nuevos docentes para cumplir la agenda Educación 2030.

Desde FEUSO venimos reclamando que se destaque su importancia cuando periódicamente tienen lugar en nuestro país debates sobre nuevas leyes de educación, leyes que se suelen hacer de espaldas a lo que opinan los docentes. Lo hemos visto con las últimas leyes y también con el Proyecto de Ley aprobado por el Gobierno socialista antes de las últimas elecciones: importará más la ideología que la educación. Y, como sindicato que representa a una buena parte del profesorado de este país, en FEUSO lo podemos decir con conocimiento de causa: mucha palmadita en la espalda, pero a la hora de la verdad los interesados criterios políticos se imponen a la opinión de los profesionales.

Los docentes realizan el mismo trabajo, en todos los rincones del mundo,  de abrir las mentes de sus alumnos y hacerles partícipes del conocimiento y de la sabiduría, herramientas básicas para que los alumnos mejoren como personas.

Según la Internacional de la Educación, la UNESCO, UNICEF y la OIT, el 5 de octubre se festeja “la experiencia, la energía y la pasión de los docentes, que son la piedra angular de los sistemas educativos del futuro”.

“Otra cuestión que queremos subrayar para que haya un rejuvenecimiento de las plantillas en los centros de enseñanza, hace falta también que los docentes puedan tener la jubilación que es de justicia en esta profesión. En España, sí cumplen las condiciones establecidas por la legislación, los docentes de la enseñanza pública pueden jubilarse a los 60 años. Con los cambios legislativos que se han dado en los últimos años, han empeorado las condiciones para poder acceder si quiera a la jubilación parcial. Por eso, reclamamos en este sentido la homologación de las condiciones laborales para acceder a una jubilación justa y necesaria.  Este sería para nosotros el mejor camino para que los jóvenes profesionales accedan a la educación”, explican desde FEUSO.