La nueva subida de tipos del BCE ahoga a los ya hipotecados e imposibilita el acceso a la vivienda a miles de personas

El Banco Central Europeo (BCE) ahoga a los hipotecados y pone en riesgo el derecho a la vivienda con una nueva subida que sitúa los tipos de interés en el 4,5 %. Un techo que ya se tocó en 2001 y que, no hay que olvidar, colaboró al estallido de la profunda crisis financiera y del ladrillo de 2008.

La apuesta por la austeridad monetaria más agresiva choca con los intentos de conseguir una Europa más social que vivimos durante la pandemia. Y, en concreto, “en España son un ataque directo al derecho a una vivienda por su íntima ligazón con el crédito hipotecario”, advierte Joaquín Pérez, secretario general de USO.

En este sentido, el euríbor, el índice más usado como referencia hipotecaria, lleva tres meses por encima del 4 %, en una escalada vertiginosa desde el negativo en menos de un año y medio.

“No hace falta recordar cómo terminó Europa, y España en particular, la última vez que se dieron unas cifras así. En verano de 2008 el euríbor tocó techo, sobrepasando el 5 %, y, a partir de noviembre, se desplomó de la misma forma abrupta que ahora sube. Este tipo de austericidios está demostrado que no estabilizan la economía y, lo que es mucho peor, que asfixian a la población”, rebate Pérez.

Parón en la compra de vivienda

Si bien el derecho a la vivienda digna no tiene por qué ser una vivienda en propiedad, la diferencia cultural de España con el resto de Europa ha provocado que, en muchas ocasiones, suponga menos inversión mensual una compra que un alquiler.

Porque, precisamente por ese rechazo histórico al alquiler, en España no se ha llegado a crear un parque abundante de viviendas en alquiler que pueda paliar la falta de expectativas en la compra.

Según los últimos datos del Colegio de Notarios, la venta de viviendas se ha reducido en el último año en un 18,4 %. Y la firma de hipotecas, en un 25,7 %.

“El problema de la vivienda lleva tensionando la vida de las rentas bajas y medias durante muchos años, pero ahora pasa a ser una emergencia social. La falta de regulación de otros usos de la vivienda y la permisividad fiscal con los grandes tenedores han favorecido la falta de alquiler residencial y la subida de precios por la escasa oferta. No pedimos que se construyan 10, 20 ni 50.000 viviendas en un mes, pero sí que se ponga coto a la especulación con un bien de primera necesidad, como es la vivienda, y que se planifique a corto y medio plazo la creación de ese parque de vivienda de alquiler protegido”, urge Lourdes Pedrazuela, secretaria de Políticas Sociales, Igualdad y Formación de USO.

Los salarios no dan para vivir

En un contexto de inflación como el que sufren España y Europa, “lo que menos suben son los salarios. No se recuperan de una crisis y viene otra. Ya llevamos quince años de pérdida de poder adquisitivo que se está volviendo endémica”, advierte el secretario general de USO.

Y, frente a unos salarios que no dan para comprar lo mismo que antes de la pandemia, “la vivienda es uno de los bienes de primera necesidad que es necesario acotar. Suben los carburantes, la electricidad, los alimentos… queda libre menos salario y, además, tenemos que hacer frente a una vivienda mucho más cara. Además de las medidas para potenciar el alquiler protegido, es necesario favorecer la adquisición de la primera vivienda”, reclama Joaquín Pérez.

“Volver a la deducción por la hipoteca de la vivienda habitual o subsidiar a un tipo fijo y más barato las nuevas hipotecas para rentas bajas y medias, según baremos, permitirán que las personas puedan acceder a un crédito hipotecario sin la amenaza de las políticas antisociales de organismos como el BCE”, propone el secretario general de USO.