El Índice de Precios de Consumo se ha situado en el mes de enero en el 3%, su nivel más alto desde octubre de 2012, con lo que se confirma la pérdida de poder adquisitivo de trabajadores y pensionistas. Conviene recordar que la variación salarial media pactada en los convenios colectivos es del 1,19% mientras que los pensionistas han visto revalorizadas sus pensiones, otro año más, en el 0,25, por lo que desde USO alertamos de esta escalada de precios que incide nuevamente en el empobrecimiento de la población, y suma y sigue.

Este aumento del IPC interanual en enero se debe fundamentalmente a la electricidad y las gasolinas, elevando también precios en tasa mensual en legumbres y hortalizas (+7,3%), calefacción, alumbrado y distribución de agua (+5,8%) y pescado fresco y congelado (+5,6%).

En cuento a la inflación subyacente, que no incluye los precios de los productos energéticos ni de los alimentos no elaborados, aumentó una décima en enero, hasta el 1,1%, situándose casi dos puntos por debajo de la tasa general del IPC.

Por Comunidades Autónomas, las tasas más elevadas las presentan Castilla y León (+3,4%), Castilla-La Mancha (+3,3%), Galicia (+3,2%), y Cantabria, Cataluña y La Rioja (+3,1% en todas ellas).

En este nuevo escenario de precios en ascenso, los hogares van a notar con mayor incidencia la devaluación salarial de los últimos años así como las políticas de recortes aplicadas. El IPC continúa subiendo, con lo que las pobres subidas aplicadas a los salarios y las pensiones no tendrán el efecto que sí han tenido cuando los precios eran más bajos.

Datos sin duda preocupantes para toda la ciudadanía y especialmente para todos los que han sufrido las peores consecuencias de la crisis económica, las familias sin ningún ingreso, desempleados y trabajadores y trabajadoras en situación de precariedad laboral, temporalidad y bajos salarios. La economía va por un lado y el mundo del trabajo por otro.