El Instituto Nacional de Estadística ha confirmado el dato adelantado de IPC de marzo que ha situado su tasa interanual en el -0,8%, siendo el tercer mes seguido en negativo del indicador. En marzo, el IPC se situó en el 0,6%. Este dato viene influido por la evolución de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas y la menor subida de los precios de los carburantes.

Los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas han experimentado una subida del 1,7%, marcada por la subida de los precios de legumbres y hortalizas frescas, que han aumentado en un 5,3%. Nuevamente, los precios de los productos que conforman la cesta básica de la compra de los españoles acumulan un año de subidas importantes como el 3,6% EN los pescados; el 18,5% en los aceites; el 4,9 de las frutas frescas o el 14,5% de las patatas, por poner algunos ejemplos.

“En este sentido, no es extraño que, a pesar de llevar meses con el IPC en negativo, cuatro de cada diez españoles tengan dificultades para llegar a fin de mes, según los últimos datos publicados por el CIS. En un contexto de alto nivel de desempleo, bajos salarios y empleo precario y escaso, al que se suma la subida constante de los precios de productos básicos, la situación económica de las familias no mejora y se estanca, con la consecuente repercusión en el consumo. Los españoles necesitan trabajo y subidas salariales que dinamicen la economía”, señala Joaquín Pérez, secretario de Comunicación y Formación de USO.

No resulta extraño que estos tres meses de precios negativos coincidan con la situación de bloqueo institucional en la que España está inmersa tras las elecciones del 20 de diciembre y con el más que evidente estancamiento de la economía. Los ciudadanos necesitan que la política y la economía se reactiven y que las tan necesarias políticas de estímulo económico, laboral y salarial comiencen a repercutir en las economías familiares, tan castigadas tras los duros años de crisis.