La subida del 3% del IPC vuelve a cebarse con los productos básicos incidiendo directamente en los salarios

La incidencia negativa del IPC en los salarios es una realidad que se repite constantemente. El IPC de noviembre se estanca en el 3 %, tras rebajarse solo una décima sobre el dato de octubre, y concentra de nuevo las subidas de precios en productos esenciales: leche, queso, huevos, carne y transporte, además de vestido y calzado.

“Mientras tanto, escuchamos a las organizaciones empresariales hablar de subir el SMI un 1,5 % o la propia Administración les da a sus empleados públicos un 2,5 %, firmando acuerdos con los sindicatos de la mesa de AGE ya por debajo del IPC acumulado”, denuncia Joaquín Pérez, secretario general de USO.

Pérez recuerda que “siempre hay una excusa para las subidas. Primero, el covid; luego, la invasión de Ucrania; ahora, tenemos gripe porcina y aviar… no negamos la influencia de ninguno de ellos, pero la realidad es más tozuda: los márgenes empresariales suben muy por encima de los salarios, y algunos de esos márgenes son producto de enriquecerse con las necesidades de todos, como la alimentación”.

Crear un organismo de vigilancia de precios y robustecer la negociación colectiva

Por ello, el secretario general de USO pide “más control de los precios. No se trata de ir hacia una economía intervenida, sino de justicia social. Si Competencia no tiene jurisdicción en este ámbito porque hay concurrencia, habrá que crear otro organismo de vigilancia. Lo que está claro es que, si un producto como la docena de huevos sube 50 céntimos en absolutamente todas las cadenas de distribución al mismo tiempo, esa competencia no es real, y a quien perjudica es al ciudadano”.

Joaquín Pérez defiende una reforma laboral que robustezca la negociación colectiva, contra los derechos que se han recortado en ese ámbito. “En toda sociedad avanzada, los salarios siempre tienen que subir por encima de los precios. Si no, no evolucionamos, no mejoramos nuestras vidas. Y, también es válido para los solo entienden términos empresariales: si no se expande la capacidad de compra de la población, no crece la economía”.