El informe del CES sobre España, con datos de la Comisión Europea, alerta de un gasto social deficiente en demasiados apartados

España ha reducido su gasto social en vejez, supervivencia, desempleo y discapacidad, aun estando ya en algunos de estos aspectos por debajo de la media europea. Son datos que recoge la Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral de España en 2024, del Consejo Económico y Social, con datos de Eurostat. Aunque en el apartado de mercado laboral el CES ya señalaba algunos de los desafíos pendientes de España, como la brecha de género y el paro juvenil, en gasto social es aún más duro.

Señala en su resumen el CES que: “Pese a su aumento notable en el período 2019-2022, el gasto en protección social en España sigue estando por debajo de la media europea”. Y abunda en que hay que intensificar la protección a la población más vulnerable, especialmente familias con menores a cargo. También suspende el gasto en vivienda y exclusión social.

Además, recoge que la Comisión Europea señala directamente a España en su Informe conjunto sobre empleo 2025: nuestro país necesita mejoras en seis o más indicadores sociales, como el elevado abandono escolar temprano y el bajo impacto de las transferencias sociales para reducir las situaciones de pobreza. Y urge a luchar en concreto contra la pobreza infantil.

Poco gasto en niños y en mayores

España es un país especialmente envejecido. Esta verdad incuestionable nos haría pensar en el cuidado a la vejez y la protección a la infancia como dos pilares básicos de la inversión social. Sin embargo, en esta apenas llegamos a la mitad del gasto medio europeo y, en la otra, hemos recortado lo aportado y también seguimos por debajo.

En concreto, entre 2019 y 2022 hemos rebajado en 1,28 puntos nuestro gasto en vejez. Un recorte que más que duplica al que ha hecho el conjunto de la UE: 0,53. El resultado es que Europa dedica 3.388 euros por habitante y España, 2.562. Contradictorio, si atendemos a que la población mayor no hace más que crecer.

Por otra parte, sí que hemos aumentado ligeramente el gasto en familia/niños en 0,2 puntos, lo mismo que el conjunto de la Unión. Pero España destina únicamente 375 euros por habitante a estos conceptos, por 715 de Europa. Y a pesar de todas las señales rojas sobre la pobreza infantil, tanto en falta de medidas como en la eficacia de las mismas.

Falta inversión en salud y discapacidad

En cuanto a partidas destinadas a salud, España ha hecho un esfuerzo de 2019 a 2022 y ha mejorado en 2,23 puntos la aportación. Es el doble de lo que ha sumado la UE. Pero, aun así, nuestro país dedica casi el 25 % de dinero por habitante. 1.934 euros es el dato español, por 2.515 euros de media en Europa.

En discapacidad, no solo seguimos por debajo de la media también, 404 euros por habitante frente a 580, sino que hemos recortado el gasto el triple que el continente: en 0,61 puntos.

A la cola en vivienda

Si bien es cierto que los datos del informe del CES son consolidados a 2022 y cuando conozcamos el cierre de los últimos ejercicios pueden haber mejorado algunos conceptos, en USO nos llaman la atención los epígrafes anteriores, pero también el de vivienda. Esta es hoy por hoy una de las grandes preocupaciones de la población, la primera para muchos. Sin embargo, España dedicaba menos de la tercera parte que la Unión Europea a estas políticas.

En concreto, 32 euros por habitante, frente a los 107 continentales. En 2022 había mejorado su aportación en 0,02 puntos, pero tampoco así se corrigió la brecha.

Alarmas en abandono escolar y pobreza

Con todos estos datos, no es de extrañar que España suspenda en gasto social. Y, especialmente, en algunos ítems. La Comisión Europea nos sitúa en “situación crítica” en abandono escolar temprano (18-24 años), con un 13 %, sobre el 9,3 % de media.

Y en un conjunto de apartados relacionados con la pobreza:

  • Riesgo de pobreza y exclusión social: 5 puntos por encima de la media.
  • Riesgo de pobreza y exclusión social de la población infantil: 10 puntos por encima de la media.
  • Impacto de las prestaciones sociales para reducir la pobreza: 12 puntos por debajo de la media.

Además, la Comisión nos insta a vigilar los “ninis”, jóvenes que ni trabajan ni estudian entre los 15 y los 29 años, una estadística en la que estamos ligeramente por encima de la media. Y también la desigualdad de ingresos. En España, la diferencia entre lo que cobra el 20 % más rico con respecto al 80 % de la población con ingresos medios y bajos es mayor que en el conjunto europeo.

Más políticas y gasto social

En USO, valoramos algunas de las medidas puestas en marcha para luchar contra la pobreza y la desigualdad. Sin embargo, venimos alertando de que en los últimos años se acumulan los indicadores que nos hablan de su poca efectividad, de falta de presupuesto o de exceso de burocratización para sectores especialmente vulnerables y poco familiarizados con la Administración y sus procedimientos digitales.

Por ello, y suscribiendo el análisis grueso que han hecho el CES y la Comisión Europea, desde USO reiteramos algunas de nuestras demandas:

  • Nuevos Presupuestos Generales del Estado: instamos a los grupos parlamentarios a dejar de lado sus siglas y trabajar por la sociedad y la ciudadanía a la que representan. Pedimos un debate al que no se lleguen con síes y noes cerrados, donde podamos ver posturas abiertas, como necesitamos. Y, por supuesto, que trabajen por unos PGE orientados al gasto social y a corregir las desigualdades.
  • Poner a la infancia por encima de cualquier grupo social: son muchas las personas que están en situación vulnerable y merecen atención. No se puede dejar de lado el cuidado a la vejez, a la dependencia, a la discapacidad. Pero en USO alertamos especialmente de la situación de la infancia. Si no se corrige la situación de pobreza de muchos menores, se cronificará a lo largo de los años. Peor salud, falta de oportunidades en los estudios y, por lo tanto, laborales. Los niños no pueden ver cerradas las puertas del futuro antes de despegar.
  • Hacer accesibles las ayudas: con más personal y atención cercana. Para atender a los colectivos vulnerables, es imprescindible eliminar las barreras digitales y burocráticas. Que existan las ayudas y no lleguen a sus beneficiarios es un fracaso tan grande como no contar con ellas.
  • Priorizar la vivienda: es uno de los pilares de nuestra vida. Junto con los precios de la alimentación, en constante aumento, el gasto en vivienda se come el salario de buena parte de la población y a otra, directamente, le imposibilita el acceso a una digna. Aunque se ponga el foco en la juventud como principal perjudicada para emanciparse, que lo es, este problema afecta ya a todas las generaciones y empobrece, sobre todo, a quienes deben vivir de alquiler a precio de mercado.
  • Ayudas a la dependencia: con una dotación infinitamente postergada, personas dependientes están a la cola en efectividad de la protección. Exigimos partidas que cubran estas necesidades, así como dignificar el empleo en cuidados.