Si hay algo que nos han enseñado las nuevas formas de crear empleo es que las viejas fórmulas están agotadas, y ya no se puede fiar el descenso del paro ni al turismo ni a las rebajas ni a tradiciones similares. Así lo demuestran los datos de enero, con una subida que sí es tradicional, pero la mayor registrada desde 2014. “En diciembre, el número de parados prácticamente no mejoró las cifras del año pasado, y en enero ocurre lo mismo, con muchas regiones ya con más paro que en 2019. Hemos tocado fondo en la mejora de un mercado laboral sin recibir estímulos, su falta de dirección durante el desgobierno lo ha extenuado y más de 3.250.000 de parados se convierten en parados estructurales al finalizar el ciclo de la recuperación a medias. El verano dijo que ya no vive de turismo; diciembre y enero, que no viven solo de Navidad y rebajas; pero se sigue sin apostar por los sectores que crean empleo estable”, analiza Laura Estévez, secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de USO.

Todas las comunidades, salvo Baleares, han visto engrosar sus listas del paro, que ha aumentado en todos los sectores, salvo en Construcción y el colectivo sin empleo anterior. Relativamente, “las subidas más preocupantes se dan en Agricultura, que ya supera ampliamente el paro de enero de 2019, y en Industria, que ha duplicado de lejos la subida del año pasado en el mismo mes. Son dos sectores que están en las calles pidiendo medidas, y que en muchos casos van de la mano, pues nuestro campo alimenta una industria agroalimentaria que deberíamos cuidar más. En su conjunto, estamos a la espera del plan urgente para reindustrializar el país que ya debería estar en marcha. Los datos dicen claramente que no puede esperar más: enferma la industria pesada, no se impulsa la tecnológica y Servicios ya tiene el mismo paro que el año pasado, ¿qué más síntomas tienen que darse para actuar?”, apura Estévez.

La contratación también se ha reducido, “y la que se produce, un 5% menos que el año pasado, sigue aquejada de parcialidad y temporalidad, o de ambos males. 3 de cada 10 contratos que se firmaron eran temporales y con jornada parcial. A eso se le puede llamar contratar, pero no crear empleo. Y así vemos cómo la Seguridad Social ha bajado en cotizantes mucho más que el paro, 244.044, que son realmente los empleos que se destruyen”, apunta la secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de USO.