Los jóvenes españoles, a la cabeza de Europa entre los sobrecualificados para su mercado laboral, pero también entre los menos formados

Los jóvenes españoles son, junto a los griegos, los talentos más desaprovechados por el mundo laboral, los más sobrecualificados en su trabajo. Según los datos de Eurostat, recogidos en el informe de Funcas Retos del mercado laboral español, la formación de nuestros jóvenes está desequilibrada entre ambos extremos: la formación superior y no haber completado la secundaria.

En España, los activos jóvenes, entre 20 y 34 años, que han completado estudios universitarios alcanza el 43,7 %. Supone casi 7 puntos más que la media europea (36,9 %). Pero, en el otro extremo, casi un tercio de personas no ha llegado a completar la secundaria: 31,9 %, frente al 19,9 % de media en la eurozona.

El tramo intermedio, el de la educación secundaria general y profesional, es el más grueso en el conjunto de Europa, pero el más débil en España. La media de la eurozona se sitúa en el 43,1 %, frente al 24,4 % de España.

“En USO siempre hemos dicho que hay un problema de adecuación entre la formación y el mercado laboral. Y que estos datos evidencien las mayores brechas de sobrecualificación en España y Grecia, campeones europeos del paro juvenil, reflejan ese análisis”, lamenta Joaquín Pérez, secretario general de USO.

El 35,9 % de los jóvenes está sobrecualificado

Tener una titulación superior no es sinónimo de tener trabajo. O, al menos, no es sinónimo de tener un trabajo acorde a la preparación académica. España, como hemos visto, tiene un 43,7% de titulados superiores, pero cerró 2023 con un 28,36 % de paro juvenil. Y, lo que es peor, según reflejan los datos, de entre quienes trabajan hay un 35,9 % de sobrecualificados. Es decir, tienen un trabajo por debajo o muy por debajo de su formación.

No es un dato coyuntural. Ni siquiera producto de la suma de ambas crisis. En los últimos treinta años, el dato de sobrecualificación de los trabajadores jóvenes españoles ha estado siempre por encima del 32 %. Y, a partir de 2014, ahí sí como efecto de la crisis financiera, sobrepasó el 35 % y no ha bajado de ahí en los últimos diez años.

“Ante la falta de oportunidades laborales, los jóvenes se forman. Llega una crisis que les imposibilita acceder al mercado laboral y se siguen formando. Y el resultado a ese esfuerzo es el paro o un empleo muy por debajo de sus méritos y aspiraciones. España no aprovecha su talento o lo orienta mal. Hay muchos jóvenes que siguen sus vocaciones, pero hay otras personas que se forman para acceder al mercado laboral. Para ellas, lo más importante sería un servicio de orientación y empleabilidad efectivo, que los llevase a elegir una formación con posibilidades inmediatas de trabajar”, apunta Joaquín Pérez.

Un empleo con mucha letra pequeña

El secretario general de USO recuerda que más de 800.000 menores de 30 años no tiene empleo en España y el 12 % de los jóvenes tardan más de dos años en encontrar su primer empleo.

Los jóvenes desempleados, mayoritariamente, solo tienen estudios primarios. Conforme crece la formación, incluida la formación profesional, el paro desciende.

“Pero la gran olvidada es la formación profesional. Tenemos un país de servicios, donde se genera poco empleo de alto valor añadido, y muchos titulados. Es decir, podemos dar un salto cualitativo de sectores productivos porque tenemos el talento y el personal cualificado. Pero, mientras eso ocurre, que es la gran olvidada de las políticas laborales en las últimas décadas, la solución para casar empleo y aspirantes es apostar por la formación profesional y engrosar esa banda intermedia de formación, básica en todos los países con mejores dinámicas de empleo que la nuestra”, pide Joaquín Pérez.

Porque, si a la sobrecualificación, le añadimos “que el 40 % de los menores de 30 años trabaja horas extras siempre o algunas veces sin cobrar; que la mayor temporalidad es inversamente proporcional a la edad; o que dos tercios no trabajan con un contrato indefinido porque no lo encuentran, estamos ante la letra pequeña de los datos del empleo en España. Y los jóvenes sufren mucha de esa letra pequeña, tal y como reivindicamos este 1º de Mayo desde la USO. Esperamos que muchos de ellos se sumen a nuestros actos y manifestaciones, al igual que todos los trabajadores que sientan que sus condiciones laborales no son dignas. Vamos a escribir, entre todos, EMPLEO con mayúsculas”, anima Joaquín Pérez.