USO escenifica un punto limpio de condiciones laborales para reciclar las prácticas abusivas: trabajos de mierda, contratos basura…

Escenificar los contratos de mierda y los contratos basura era el fin del acto organizado hoy por Juventud-USO. Las horas extras sin cobrar, al contenedor amarillo; los salarios escombro, en el negro; si has trabajado gratis o sin contrato, recíclalo en el contenedor rojo; los despidos injustos van al verde. Así, USO ha instalado un punto limpio de condiciones laborales basura en la plaza de España, en Madrid, al que jóvenes de toda España se han acercado a deshacerse de todos los abusos que han sufrido en sus trabajos de mierda.

“Es agotador lidiar con ciertas prácticas que nos queman como generación. El 12 % de los jóvenes tardamos más de dos años en encontrar nuestro primer empleo. Y, cuando lo encontramos, nos encontramos con situaciones tan tóxicas como las que denunciamos hoy”, explica Rosa Rodas, de Juventud-USO.

Entre esas prácticas que consideran tóxicas, “hemos querido reciclar, por ejemplo, la disposición permanente, como si fuéramos un comercio 24/7; turnos y horarios dañinos; situaciones de acoso a las que hemos dado voz pero que son reales, que nos las han contado trabajadores que han ido a pasar consulta con nosotros al sindicato… Y, en general, abusos tan habituales como trabajar sin contrato, hacer horas extras y no cobrarlas, o unos salarios que no nos dan para emanciparnos de nuestras familias y tener una vida plena”, denuncia Macarena González, miembro también de Juventud-USO.

Abusos laborales y falta de asesoramiento

De hecho, en la última encuesta elaborada por USO sobre percepción por parte de los jóvenes del mundo laboral, estos últimos eran los abusos más denunciados por ellos: “el 75 % ve difícil o muy difícil encontrar un empleo; 2 de cada 3 ha hecho horas extras que no ha cobrado; y la mitad de los jóvenes ha trabajado alguna vez gratis”, enumera Rodas.

Por eso, “visibilizar tan gráficamente estos abusos nos parece una forma de hacer equipo. Si lo sufrimos mayoritariamente, debemos ponerlo en común y denunciarlo. Porque ese es otro gran problema de la gente joven, que la mitad de las personas no sabe a quién acudir en caso de abuso laboral. Creemos que se ha desacreditado a conciencia la labor de los sindicatos para silenciarnos de forma colectiva. Sin embargo, cuando se acercan a nosotros y ven que un sindicato no es esa gente mayor que no sabe nada de nuestros problemas, sino personas como ellos, se dan cuenta de que sí hay una forma de denunciar y corregir esos abusos laborales”, expone González.

Por último, Rosa Rodas recuerda que “casi 830.000 menores de 30 años están en paro en España. Seguimos liderando el paro juvenil en Europa. Y queremos cambiar estos datos, pero no a costa de dejar las listas del paro para trabajar gratis o para tener que decidir entre la salud o el empleo”.