Los trabajadores de la planta de Alcoa en Avilés han hecho hoy la primera de las muchas concentraciones y movilizaciones para evitar el cierre de esta factoría y la de la multinacional aluminera en A Coruña. De hecho, mañana los avilesinos han fletado varios autobuses para unirse a los compañeros coruñeses en una concentración en Galicia.

Cientos de trabajadores y simpatizantes han acudido hoy a la llamada urgente del comité de empresa para concentrarse en el cambio de turno, entre las dos y las cuatro de la tarde, ante la factoría de San Balandrán. Los compañeros de la sección sindical han estado arropados por la Federación de Industria de USO Asturias y nuestros delegados de Arcelor-Avilés. “Esto es un ataque para toda la industria pesada asturiana, contra el tradicional y estable empleo industrial que sostiene a Avilés y Comarca”, afirmaba Juanjo Estrada, secretario general de FI-USO Asturias. La sección sindical de USO en Arcelor, por su parte, ha elaborado un comunicado de apoyo y solidaridad con sus compañeros de Alcoa, “ofreciendo cualquier tipo de colaboración que estimen necesaria en estos momentos difíciles que atraviesan”.

Sergio Sobrido, presidente del comité de empresa de la planta avilesina por USO, reconoce que, “aunque la esperanza es lo último que se pierde, esta situación se presenta más complicada que la que ya vivimos hace cuatro años. Ahora no parece un órdago como entonces, la empresa no negocia ni escucha”.

Alcoa comunicó a las plantillas de Avilés y A Coruña el pasado miércoles que cerraba ambas factorías, sin mediar ninguna reunión o aviso previo al comité. Entre los achaques a la plantilla, figura el precio de la factura eléctrica, que, sin embargo, en el informe a sus accionistas no está mencionado. En este, relata que se debe a problemas estructurales.

Desde USO en Alcoa, esto se debe a que “todo el dinero que Alcoa ha recibido durante estos años a cuenta de la subasta eléctrica de interrumpibilidad no ha repercutido en un solo euro en inversiones para estas dos factorías, sino que se ha desviado todo a San Ciprián en Lugo y, lo que es peor, a otros muchos negocios de Alcoa que no tienen que ver con el aluminio ni están en España, dejando estas fábricas obsoletas para luego justificar su cierre y financiar otros negocios”.