La salud mental juvenil e infantil se han agravado por la pandemia, con un aumento de los episodios de ansiedad, depresión y conductas suicidas

Juventud USO-ha participado en la jornada organizada por la CEDDD sobre salud mental juvenil. En concreto, se ha centrado en la detección precoz de los trastornos mentales en jóvenes. USO lleva años reivindicando que la salud mental en nuestro país es la gran asignatura pendiente del sistema sanitario. En el encuentro de la CEDDD se ahondó en esta falta de inversión pública, que se traduce en una carencia permanente de recursos materiales, humanos y económicos para su desarrollo.

Los datos aportados por el Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia muestran un panorama muy preocupante:

  • La mitad de los trastornos mentales comienzan alrededor de los 14 años, pero la mayoría no se llegan a detectar ni a tratar.
  • Los trastornos mentales suponen el 16% de la carga mundial de lesiones y enfermedades en las personas de entre 10 y 19 años.
  • La depresión es una de las principales razones de enfermedad y discapacidad entre los adolescentes a nivel mundial.
  • El suicidio es la tercera causa de muerte para los jóvenes de entre 15 y 19 años.

La salud mental de los menores, en peligro

Por su parte, la Asociación Española de Pediatría advierte de las graves consecuencias de la pandemia en la salud mental de los menores, especialmente los adolescentes. Los ingresos en las unidades de psiquiatría infantil se han multiplicado con respecto a los meses anteriores a la pandemia.

El escenario es grave. Las patologías que más han aumentado son los trastornos de ansiedad y los obsesivos, que pueden acabar en depresión. También es alarmante el incremento de los trastornos alimentarios en adolescentes, sobre todo en chicas. Han aumentado significativamente las autolesiones, como cortes o arañazos, lo que, según los expertos, no tiene por qué relacionarse con una patología concreta: simplemente pueden representar el malestar del menor.

Por otro lado, los expertos prevén un crecimiento de los pensamientos y conductas suicidas, además de una mayor tasa de suicidio en personas jóvenes.

De la mala salud de niños y adolescentes derivan otros problemas, como una mayor violencia intrafamiliar durante la pandemia; absentismo o abandono escolar; consumo excesivo de tecnología; adicciones y consumo de tóxicos. El principal problema es que, si no se tratan estos problemas, se arrastrarán a la vida adulta. Estamos ante el riesgo de una generación de adultos enfermos.

Incidencia del covid-19 en la salud mental juvenil

La frágil salud mental de muchos jóvenes ya era una realidad antes de la pandemia. Sin embargo, esta lo ha agravado por diversos motivos. La ausencia de rutinas, la distancia social o la escolarización semipresencial figuran entre las causas del aumento de trastornos. También las dificultades económicas en la familia, la enfermedad o incluso el fallecimiento de personas cercanas han causado situaciones gran estrés entre los menores.

Durante el confinamiento, disminuyeron drásticamente las actividades al aire libre y aumentaron de forma exponencial otras, como el uso de redes sociales o los videojuegos. Este cambio en el comportamiento de los menores es un gran factor de riesgo para un empeoramiento de su salud mental.

En cuanto a los estudiantes universitarios y de FP, un informe de la CANAE (Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes) revela que la principal preocupación de los estudiantes en España es la salud mental. Un 72% de los estudiantes, sobre todo mujeres, lo piensa.

Desde Juventud USO, nos sumamos a las reivindicaciones de organizaciones como la CEDDD o la AEP con respecto a la salud mental de los más jóvenes. Entre ellas se encuentran el reconocimiento de la especialidad psiquiátrica de niños y adolescentes y una mayor implicación de las instituciones para prevenir y abordar el problema.

En USO pedimos avanzar en la concienciación sobre los trastornos mentales que sufre fundamentalmente la juventud, invertir en su tratamiento, trabajar en la prevención del suicidio, fomentar actividades alternativas al aire libre y avanzar en una vuelta al cole lo más normal posible. Hoy, más que nunca, necesitamos reforzar la atención primaria y la salud pública.