Uno de cada cinco trabajadores en España no descansa los domingos. El día de asueto por excelencia, de conciliación y dedicado a la familia, se ha convertido paulatinamente en un día habitual de trabajo. 2018 se ha convertido el año en el que más personas han trabajado al menos un domingo al mes: 4.290.100, según la EPA de fin de año.

“Este dato supone un aumento del 30% en 12 años, desde 2006, la primera vez que el INE consideró esta variable en su encuesta”, analiza Laura Estévez, secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de USO. “La liberalización en los horarios comerciales está detrás de este crecimiento de domingos trabajados. La apertura de los centros comerciales ininterrumpidamente no solo está asfixiando al pequeño comercio y comercio de proximidad, sino que ha conseguido que nos parezca necesaria esa disponibilidad de horarios cuando ya los horarios entre semana se alargan hasta casi entrada la noche o el sábado ya es normal también que se abra durante todo el día”, explica Estévez.

De hecho, también el trabajo en sábado va en aumento, más aún que el de los domingos.  Más de 7 millones de personas trabajaron al menos un sábado al mes durante 2018, un 33% más que en 2006 y, en total, el 36,4% de los ocupados. Es decir, más de un tercio de quienes trabajan no descansan todo el fin de semana. En el caso del domingo, quienes no lo descansan siempre son el 22% de los ocupados.

Si bien siempre han existido profesiones donde trabajar a turnos, de noche o en fin de semana ha sido necesario para el servicio que prestan, “ahora ya no solo es por necesidad de servicios, como sanidad o emergencias, sino por un intento de competir con las plataformas digitales, abiertas todos los días las 24 horas, a costa de no tener ni siquiera relación laboral con sus trabajadores. Pero las justificaciones no se sostienen. Por un lado, el consumidor tecnológico lo es por convicción, no va a ir a una tienda porque abra un domingo de tarde. Y por otro, no se crea empleo, el domingo o el sábado forman parte de la jornada habitual, ni se remunera de forma especial, como ocurría con esas profesiones particulares, ni se compensa con un descanso equivalente al perjuicio de no conciliar, sino que solo se intercambia con un día laborable”, resume Sara García, secretaria de Acción Sindical y Salud Laboral de USO.