La ciudad de Sao Paulo acoge del 13 al 16 de octubre el 12º Congreso de la Central Única dos Trabalhadores (CUT), una de las mayores centrales sindicales del mundo y quizás la que cuenta con mayor afiliación en Brasil.

El congreso, en el que USO está representada a través de su secretario de Acción Internacional, Javier de Vicente, ha contado con invitados de excepción como la presidenta de la república, Dilma Rousseff; el ex-presidente Lula Da Silva, y el ex-presidente de Uruguay, José Mújica. En la sesión de apertura han intervenido todos ellos, junto al presidente de la CUT, Vagner Freitas; el presidente de la CSI y miembro de la propia CUT, Joao Felicio; la secretaria general de la CSI, Sharan Burrow, y el secretario general de la CSA, Víctor Báez.

La actualidad política de Brasil -en severo estado de agitación en estas fechas- y la propia vinculación de la CUT con el Partido de los Trabalhadores (PT), se impusieron al debate laboral, social y sindical que hubiera correspondido a la apertura del congreso.

Tanto Rousseff, como da Silva e incluso Freitas, han acusado de golpe al actual proceso de destitución parlamentaria que sufre la presidenta y que, por el momento, ha paralizado el Tribunal Supremo. Para todos ellos se trata de un ataque organizado de la oposición al proyecto social que representa el Partido de los Trabalhadores (PT) y que habría comenzado el mismo día en el que Rousseff volvió a ganar las elecciones. En sus intervenciones, tanto Burrow como Báez, aseguraron que el movimiento sindical internacional no aceptaría el resultado de un golpe de esa naturaleza y defendieron el respeto a la democracia.

José Mújica, ex-presidente de Uruguay, realizó una brillante e inolvidable intervención llamando al sindicalismo a protagonizar un cambio de paradigma en la región y en el mundo para el bienestar futuro de toda la humanidad. “La lucha que no se da es la que no se gana”, aseguró, mientras ha defendido la igualdad, la justicia social y la justicia fiscal como elementos claves de la acción de los sindicalistas.

El 12º CONCUT, cuyo lema es Educación, Trabajo y Democracia, se ha proyectado sobre la reivindicación clave de que “los derechos no se reducen, se amplían”. En el evento participan 2.400 delegados de la CUT, así como una amplia delegación internacional compuesta por más de 200 dirigentes de unos 70 países. Un seminario internacional previo ha abordado el problema de los modelos de producción en cadena (cadenas de suministros) y la concentración de la riqueza mientras se atacan derechos laborales y a las propias democracias.