USO quiere mostrar su indignación, una vez más, por el trato que Ryanair ha dispensado a trabajadores y pasajeros durante la jornada de huelga convocada ayer en seis países europeos y en la que la compañía volvió a incumplir los servicios mínimos por su propia forma de conducirse con arreglo a unas leyes que marca la propia Ryanair.

Algunos pasajeros nos han hecho llegar los correos electrónicos de disculpas por las cancelaciones sobrevenidas, en los que se narran los hechos de un modo totalmente inaceptable. En ellos, Ryanair les transmite “las molestias por la cancelación del vuelo XX, debido a un ataque de la tripulación que está completamente fuera de nuestro control”.

“Dicho ataque”, expone Ernesto Iglesias, responsable de Vuelo de USO Sector Aéreo, “es simplemente hacer huelga, un derecho reconocido hace cuarenta años para todos los trabajadores de este país. Que Ryanair sepa con quince días de antelación que hay una huelga, que conozca unos servicios mínimos dictados a la carta de los deseos de la compañía y que aun así sea incapaz de planificar sus vuelos es algo que está completamente fuera de control, sí, fuera de control de los trabajadores”.

En relación a la planificación, Iglesias abunda en que “todos los tripulantes citados para operar su vuelo se presentaron a trabajar, todos esos vuelos salieron con normalidad, en un ejercicio de responsabilidad ante la ley española que nos gustaría cumplir para todo, no solo para las obligaciones. Los vuelos que no despegaron son únicamente responsabilidad de Ryanair, que no les notificó a los tripulantes que eran servicio mínimo. Estos, por lo tanto, secundaron la huelga porque la situación que viven en esta empresa es insostenible”.

“Esperamos sanciones ejemplarizantes por parte del Ministerio de Fomento para una compañía que juega con sus reglas y compite de manera desleal con el resto de aerolíneas que operan en España y en Europa”, anuncia el responsable de Vuelo de USO Sector Aéreo. “Los trabajadores están indignados no solo con la actitud de la empresa, que conocen de sobra, sino con las instituciones y autoridades españolas, que le están poniendo la alfombra roja para seguir pisoteando sus derechos. Únicamente debemos hacer una honrosa excepción, y es la de la Dirección General de Trabajo, tanto en su anterior etapa como en esta. Si el resto de actores implicados tuvieran la delicadeza de implicarse así, se darían cuenta de que cualquier cosa que les podamos decir o que lean se queda corta ante la actitud de Ryanair”, sentencia Iglesias.