Recientemente, el Consejo de Ministros recibió el informe sobre la ejecución de la Garantía Juvenil en España, un informe que, pese a los buenos datos que se muestran en él y que se venden desde el Gobierno, desde la USO consideramos incompleto y abstracto en lo que se refiere a una realidad que lleva casi un lustro golpeando a la sociedad española: el paro juvenil.

En el informe queda reflejado que, desde su implantación en España en 2014, se han inscrito más de un millón de personas jóvenes y que la tasa de empleabilidad de las personas adscritas es del 41%, tanto por cuenta propia como ajena.

Desde 2015, este plan no solo afecta a menores de 25 años como en otros países de la UE, sino que se amplió para jóvenes de hasta 30 años, siempre y cuando la tasa de paro juvenil esté por encima del 20%. Actualmente, la tasa de desempleo juvenil se sitúa en el 35,9%.

Si nos dejamos llevar por los resultados del informe, vemos que desde 2013 el paro juvenil se ha reducido en un 20%. Si tomamos como referencia el cuarto trimestre de 2014, fecha de inicio de aplicación del plan en España, tras la aprobación de la Ley 14 de octubre de 2014, el paro juvenil se ha reducido en un 15%. Es cierto que los datos parecen buenos, pero si nos vamos diez años atrás, justo antes del inicio de la crisis, vemos cómo el paro juvenil ha aumentado casi un 50%, pasando del 18,66% al 35,9%. Con lo cual, pese a la euforia de los datos del plan, todavía queda mucho trabajo por hacer para recuperar índices de desempleo juvenil previos a la crisis.

Parece ser que, tras el tirón de orejas que dio Bruselas a España por el reparto de fondos de la Garantía Juvenil, el Ejecutivo ha hecho los deberes y ha dado cumplimiento al compromiso presupuestario, lo que permitirá que España siga disfrutando de la totalidad de la ayuda asignada para el Plan.

El involucramiento de las diferentes administraciones en la ejecución del Plan de Garantía Juvenil ha hecho posible que las inscripciones al mismo aumenten con el paso de los meses, estando la media de solicitudes en casi 1.000 diarias.

A la vista de los datos del informe, desde Juventud USO vemos con optimismo los resultados del Plan de Garantía Juvenil en España, pero debemos mantenernos alerta para que la ejecución e implicación por parte de todas las administraciones siga siendo impecable. Aun así, alertamos de que la Garantía Juvenil no puede ser el único método para combatir el desempleo juvenil: se deben hacer políticas de empleo juvenil basadas en la empleabilidad de las personas jóvenes, así como en su formación académica y profesional. Los fondos de la Garantía Juvenil deben servir de apoyo a esas políticas de empleo joven, pero no deben de ser la única herramienta para combatir el desempleo juvenil.

Además, pese a la alta empleabilidad del plan, desde la USO echamos en falta que no se detalle la duración de los contratos, remuneración, etc., para poder valorar de una manera más real si se está creando empleo de calidad entre las personas jóvenes a través de este plan o, por el contrario, y tal y como queda reflejado en las estadísticas mensuales de empleo y cotización a la Seguridad Social, el empleo juvenil que se crea es precario.

Por eso, exigimos una mayor transparencia en este tipo de informes y que la valoración realizada hasta el momento, con datos estadísticos buenos, sirva de impulso al Gobierno y a las distintas administraciones para combatir el desempleo juvenil, porque combatiendo el desempleo juvenil, ofertando empleos de calidad, con salarios dignos, estaremos contribuyendo, por un lado, a la erradicación de la pobreza juvenil, y por otro, a garantizar unas cotizaciones a la Seguridad Social que permitan mantener el Estado del Bienestar y unas pensiones dignas de presente y futuro.