El Gobierno aprueba el Plan Garantía Juvenil Plus, con una inversión de 3.263 millones de euros para fomentar la empleabilidad de los jóvenes

El Gobierno ha aprobado el que ha llamado Garantía Juvenil Plus, dentro del Plan Estratégico Juventud Avanza. Contará, según ha avanzado la Ministra tras el Consejo, con una dotación de 3.263 millones de euros, dentro de los 5.000 del Plan Estratégico.

Es, por lo tanto, una buena noticia que haya un plan específico para el empleo con fondos suficientes para fomentar políticas que rebajen el vergonzoso paro juvenil con el que lideramos mes tras mes la estadística europea. Pero habrá que esperar a conocer su ejecución para saber si realmente esa apuesta da sus frutos.

Desde USO valoramos las medidas aprobadas pero consideramos que van en la línea del último plan aprobado por el Gobierno en 2018, insuficiente y del que quedaron aspectos por desarrollar, como el Estatuto del Becario y las prácticas no laborales, pues aún se siguen utilizando de forma fraudulenta.

“España tiene una de las mayores tasas de desempleo juvenil de Europa, por lo que estas medidas deben ir enfocadas a paliar las necesidades reales de la población joven en nuestro país, y no deberían ser el único mecanismo. Son necesarias, además políticas basadas en la empleabilidad de las personas jóvenes, en su formación académica y profesional, y en la incorporación al mercado laboral con unas condiciones dignas, que permitan a los jóvenes emanciparse y poder tener una vida digna”, reivindica Dulce Moreno, secretaria de Formación Sindical e Igualdad de USO.

¿En qué consiste el Plan de Garantía Juvenil Plus?

El Plan de Garantía Juvenil Plus 2021-2027 tiene como objetivo mejorar la cualificación de las personas jóvenes para que adquieran las competencias profesionales y técnicas necesarias para acceder al mercado laboral. El Plan de Garantía Juvenil se inscribe en el Plan Estratégico Juventud Avanza, que destinará 4.950 millones al desarrollo de acciones para el empleo juvenil.

El plan se rige bajo tres acciones generales:

  • la orientación personalizada a cada joven;
  • la formación necesaria para asegurar una juventud preparada, y
  • la inserción laboral.

Bajo estas acciones generales se encuadran 69 medidas concretas, entre las que se encuentran las destinadas a habilitar espacios y fomentar el empleo de proyectos laborales en el mundo rural; microcréditos para el emprendimiento y creación de empresas con asesoramientos personalizados; medidas para paliar la desmotivación entre los jóvenes, o el sello de calidad a las empresas que actúen de forma responsable.

También el Plan se presenta caracterizado por la flexibilidad y agilidad de la gestión. En este sentido, existe el compromiso de que las personas inscritas tendrán una atención inmediata con el compromiso de que en un plazo máximo de cuatro meses reciban una oferta de empleo o de formación. Además, se dispondrá de una línea de
teléfono gratuita y un espacio virtual específico para la formación y la búsqueda y selección de ofertas de empleo.

Incluye también un programa de primera experiencia profesional en las administraciones públicas, en el que podrán participar los inscritos para acumular experiencia y acceder a un empleo de calidad.

Las acciones, además de apoyarse en las políticas activas de empleo para su cumplimiento, irán vertebradas por la igualdad. Se prestará especial atención a mujeres jóvenes; hombres y mujeres jóvenes con responsabilidades familiares; colectivos LGTBI y personas con discapacidad, con mayores dificultades para acceder al empleo. La colaboración público-privada será fundamental. Asimismo, las políticas están plenamente orientadas a los objetivos de la transición ecológica.

España, a la cabeza en paro juvenil

Los datos de paro juvenil en España son alarmantes. Nuestro país se sitúa a la cabeza en desempleo juvenil en Europa con una tasa del 38%, cuando la media europea es del 17,1%.  Alrededor de cuatro de cada diez menores de 25 años en edad de trabajar están desempleados.

Para hacer frente al paro entre los jóvenes se ha optado durante años por fórmulas baratas para la contratación de jóvenes. Y la solución es caminar en la dirección contraria. Ser joven no tiene porqué ser signo de precarización. En USO consideramos que la precarización y la huida del talento van de la mano: no podemos permitirnos un país sin talento joven y correr el riesgo de que, una vez más, se produzca una nueva fuga de cerebros de jóvenes formados a otros países.

Una de las consecuencias de no haber contado con una gran estrategia que tenga en cuenta todos los problemas de los jóvenes es que se ha creado una dualidad en el mercado laboral: tenemos menores de 30 años con escasa formación y también un porcentaje de jóvenes con una cualificación excelente. Estos dos extremos están actuando como un factor clave de expulsión del mercado laboral.