Representantes de 12 países europeos se han dado cita en este seminario para abordar el reto de analizar el diálogo social en Europa y avanzar en el camino hacia una regulación común

Tras tres jornadas de debate y análisis profundo de la situación del diálogo social europeo, en las que han participado representantes sindicales de 12 países europeos y expertos en materia laboral y sindical, el seminario EZA organizado por USO ha concluido que es necesario avanzar en el camino hacia una regulación común.

La última jornada de trabajo comenzaba con las intervenciones de Davide Dorino, del Departamento Internacional de UIL-Italia; Carmen Alejandra Ortiz, secretaria de Internacional y Desarrollo Sostenible de USO y María del Carmen Quintanilla, presidenta nacional de AFAMMER, para tratar una posible regulación laboral común del diálogo social europeo.

Los tres ponentes han incidido en los distintos canales de los que disponemos en Europa para hacer llegar las reivindicaciones referentes a un diálogo social más plural y democrático. “El Consejo y el Parlamento Europeo pueden marcar unos mínimos que garanticen la democracia, la pluralidad y la inclusividad en los movimientos sindicales nacionales”, ha defendido Ortiz. Por su parte, Quintanilla ha animado a conformar un grupo de trabajo para iniciar el camino hacia un diálogo social europeo común.

Conclusiones del análisis del diálogo social en España

Durante el seminario EZA, se han escuchado diferentes voces y sistemas de 12 países, con puntos en común, pero también particularidades. Entre los puntos en común, podemos destacar una generalizada bajada en la afiliación en las últimas décadas, una pérdida de credibilidad en la labor de los sindicatos, poca conexión con los jóvenes o el intento, por parte de los diferentes gobiernos, de menoscabar la participación de los sindicatos en la negociación colectiva para legislar sin trabas.

Las particularidades, en el caso de España, se centran en las limitaciones a la libertad sindical que establecen la Ley Orgánica de Libertad Sindical y el Estatuto de los Trabajadores. Muy diferente es el sistema consultivo belga. En ese caso, considerado, con sus posibles imperfecciones, como un oasis de participación, a los sindicatos presentes en la negociación de la legislación nacional se suman múltiples órganos consultivos.

En Francia, la representación de los trabajadores está muy departamentada y organizada en diferentes niveles y en el caso alemán, nos centramos en el ejercicio del derecho a huelga, sostenido en parte por los fondos del sindicato.

Ante un panorama tan variado en cuanto a diálogo social europeo, la defensa de la libertad sindical puede pasar por al OIT o por diferentes instancias comunitarias, como el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos o el Consejo y el Parlamento Europeo. Tras la pandemia, cuando el diálogo social ha vuelto a estar de actualidad, se ha iniciado un nuevo debate sobre si hay que regularlo. Quizás ha llegado por fin, tras años de sombra, el momento de los sindicatos y de un diálogo social abierto, plural, con más sindicatos y con la sociedad civil llevando la voz a los máximos estamentos que deben defender y escuchar al conjunto de la ciudadanía.