En los cuatro primeros meses de 2016 se han registrado un total de 600 inaplicaciones de convenios, que afectan a 11.259 trabajadores. De éstas, el 92,7% se refieren a descuelgues de la cuantía salarial recogida en convenio. De éstas, el 63,3% solo se han inaplicado de la cuantía salarial recogida en convenio y el 10,7%, también, han inaplicado el sistema de remuneración.

Y es que el lento proceso de recuperación económica no reduce el número de descuelgues salariales de convenios. Muchas empresas siguen utilizando esta mal llamada medida de flexibilidad interna, concebida inicialmente en la reforma laboral para empresas que se encontraran en situaciones difíciles, para reducir los mermados salarios de los trabajadores.

Antes de 2012, las inaplicaciones de convenios eran práctica residual hasta que la reforma laboral supuso su despegue como medida empresarial para modificar las condiciones de trabajo, pudiendo afectar tanto a la jornada laboral, a los horarios, a la distribución del tiempo de trabajo, al régimen de trabajo a turnos, al sistema de trabajo y rendimiento, a las funciones y mejoras voluntarias de la SS, al sistema de remuneración y a los salarios.

La reforma laboral ha diluido la negociación colectiva, convirtiéndola en un instrumento para rebajar los salarios de forma injusta e insolidaria.

Un dato a tener en cuenta: desde marzo de 2012 hasta abril de 2016 se han producido un total de 7.370 inaplicaciones de convenios que afectan a un total de 309.537 trabajadores en toda España.

Por otro lado, la Estadística de Convenios Colectivos nos indica que gasta el 30 de abril, la variación salarial media pactada en convenio ha sido del 1,11% -por debajo del dato del mes de febrero (1,12%)-, y se sitúa en el 0,72% para los convenios de empresa y en el 1,13% en los de ámbito superior.

Esta subida salarial pactada queda aún muy lejos de la acordada por los sindicatos CCOO y UGT y las patronales en el III AENC, que la situaba en “hasta el 1,5%” en este año.

Desde USO consideramos que desde la entrada en vigor de la reforma laboral, la rebaja de los salarios junto a la moderación salarial de los años anteriores plasmada en los AENC ha demostrado que se está generando empobrecimiento de las rentas del trabajo, incidiendo negativamente en el consumo y en el incremento del desempleo.