FEUSO analiza en un seminario internacional la situación de la educación en Europa y su sistema de financiación

Imma Badia, secretaria de Acción Sindical y Salud Laboral de FEUSO, participó, de forma online, los días 24 y 25 de mayo en el seminario internacional “¿Puede Europa permitirse una educación infrafinanciada?”, organizado por EZA. Badia intervino en el seminario con la ponencia “La financiación del sistema educativo español: una inversión o un gasto”.

España ocupa en Europa el puesto 14 de 27, en inversión educativa por alumno. El gasto educativo por alumno en España es un 34,2 % inferior al de la media europea. Aunque por una parte, y desde una posición muy alejada de los países más desarrollados, España ha conseguido algunos avances importantes como:

  • extender enormemente la educación en las últimas décadas, hasta llegar a un 95,9 % de tasa de escolarización: se encuentra por encima de la media UE (95,5 %);
  • la educación obligatoria se ha extendido a los 16 años;
  • ha afrontado la escolarización de un alto número de inmigrantes.

Por otra, aún queda mucho por hacer. La tasa de fracaso escolar, entre jóvenes de 18 a 24 años, se sitúa en el 16 %. Mientras que la media de la Unión Europea es del 9,9 %.

Pese a que la repetición escolar es una medida «carísima» e «ineficaz», el nivel de alumnos que repiten en la ESO duplica al de la OCDE. El 28 % de las personas de 25 a 34 años todavía no tienen un título de educación secundaria, el doble de la media de los países de la OCDE. El porcentaje de abandono es 28 % en 2021, frente al 14% de los jóvenes de la OCDE.

Solamente el 23,2 % tiene como titulación máxima la segunda etapa de educación secundaria, mientras que la media de la UE es del 45,8 %. El 35,3 % de las titulaciones de segunda etapa de secundaria se obtienen en FP, por debajo de la media de países UE, que son un 43,7 %. El 25,8 % ni estudia ni trabaja. En la OCDE no estudian y no trabajan 17,6 %.

Todo esto hace que España sea uno de los pocos países sin un sistema de garantías. El pacto para consensuar una ley que sobreviva a los mandatos de los diferentes partidos políticos ni se contempla. Aunque la competencia educativa está transferida a las diferentes comunidades, es misión del Gobierno central marcar las pautas del gasto público en materia educativa.

Y, aunque está bien incrementar la inversión en educación, este incremento debe ir acompañado también de la rendición de cuentas y de mejoras en la eficiencia del gasto educativo y, sobre todo, en un mejor rendimiento académico, una disminución del fracaso escolar y una disminución del paro juvenil.

En España, la educación no es prioritaria

Parece pues que, para España, la educación no es una cuestión prioritaria. A pesar de que todos los gobiernos siempre van con la bandera de que invertir en educación es bueno para el país, los datos lo demuestran lo contrario: ni se invierte lo necesario, ni los resultados son mejores.

Para USO, la educación no es gasto sino una inversión. Las personas son capital humano. Y que este capital tenga una educación de calidad, incluso una titulación superior, ya sea universitaria o de formación profesional, resulta imprescindible para mejorar la sociedad del futuro y la competitividad de la economía. Por eso, desde FEUSO creemos que España necesita esforzarse en formar su capital humano para ser competitiva, pero debe hacerlo mejor. Si invertir en educación puede ser costoso, no hacerlo sale mucho más caro.

“La educación es un derecho humano, un importante motor del desarrollo y uno de los instrumentos más eficaces para reducir la pobreza y mejorar la salud, y lograr la igualdad de género, la paz y la estabilidad. Además, contribuye al desarrollo económico a largo plazo, promueve la innovación, fortalece las instituciones y fomenta la cohesión social”, defendió Badia. Nos preguntamos: ¿hay algo más rentable que invertir educación para el futuro de nuestros jóvenes?