Continuando con la tendencia tradicional en época estival y los datos del mes anterior, el paro registrado ha descendido en julio en 83.993 personas. Con este último dato, el número total de personas desempleadas baja hasta 3.683.061, la menor cifra desde agosto de 2009. Siguiendo con estas cifras positivas, los cotizantes a la Seguridad Social ascendieron a 84.721.

Los sectores donde se han producido la mayor parte de las contrataciones son los habituales en esta época del año de trabajo estacional y vinculado con el sector Servicios: más de 51.000
afiliados en Hostelería, 47.000 en comercio, a los que hay que sumar los 48.721 trabajadores más en sanidad. Como contrapartida, en esta época del año hay que resaltar los 93.062 trabajadores menos del sector de educación y los 30.000 en agricultura.

En julio se ha producido también un importante incremento de la contratación con respecto a otros años en este mes. Se han firmado 1.816.271 contratos, de los cuales sólo son indefinidos
un 7,6% del total y de éstos, cuatro de cada diez lo son a tiempo parcial.

“Desde USO valoramos positivamente el importante descenso del paro registrado en este mes de julio, pero seguimos insistiendo en que es necesario no quedarse en el triunfalismo de los
datos estadísticos y llevar a cabo un análisis realista sobre el tipo de empleo que se está creando y las consecuencias a medio y largo plazo que esto puede conllevar”, apunta Sara
García de las Heras, secretaria de Acción Sindical e Igualdad de USO. Por ello, volvemos a incidir en que la creación de empleo basado en la temporalidad y la precariedad no es síntoma de
recuperación en el mercado laboral. “Este modelo de contratación afecta negativamente a las arcas de la Seguridad Social y va ligado a la devaluación salarial y la inestabilidad laboral”, subraya García.

Desde USO queremos llamar la atención sobre otro alarmante dato que también lleva una preocupante tendencia de descenso cada mes; la protección social. En junio son menos de dos millones de personas desempleadas cobrando prestación o subsidios, casi un 10% menos que en 2015 y la tasa de cobertura continua en caída. “El descenso de la protección de estos colectivos tan vulnerables provoca el aumento de la desigualdad, la pobreza y augura un futuro desalentador para millones de personas que se van a ver abocados a la exclusión social”, concluye Sara García.