Las contrataciones para afrontar el periodo estival han repercutido positivamente en la creación de empleo. En el mes de junio, el paro registrado ha descendido en 124.349 personas y la Seguridad Social ha sumado 98.432 afiliados más, cifras más positivas desde septiembre de 2009.

Estas contrataciones se han dado sobre todo en Servicios, sector marcado por la estacionalidad y por la temporalidad del empleo. En junio, el paro ha bajado en 84.760 personas en este sector. Le siguen Construcción e Industria, con bajadas de 14.545 y 13.614 personas, respectivamente.

A pesar del aumento del número de contrataciones, los contratos indefinidos representan el 7,76% de la contratación total, porcentaje menor que en mayo, cuando la contratación indefinida supuso el 8,34% del total.

Que la temporalidad siga suponiendo más del 92% de la contratación no es una buena noticia para la recuperación del mercado laboral. No es de extrañar que la creación de este tipo de empleo, precario y temporal tenga su repercusión negativa en las arcas de la Seguridad Social y propicie que cada vez que hay que hacer frente a un pago extra en las pensiones contributivas se tenga que acudir al Fondo de Reserva, porque los ingresos que suponen estos empleos que se crean no contribuyen a sustentar el sistema público de pensiones y servicios. Es un parche sobre parche que mejora los números pero que no aborda el verdadero problema de fondo que tenemos a la vuelta de la esquina.

Además, la protección social sigue en caída, hasta el 52,9%. Menos de dos millones de desempleados están cobrando prestación, incrementando la brecha de pobreza de la que tantos organismos nos alertan. A pesar de descenso del paro en junio, la cifra de ciudadanos inscritos aún está por encima de los 4 millones de personas.