Ya lo vaticinaba la Encuesta de Población Activa que se conoció la semana pasada: la expansión ha finalizado y la recuperación del empleo se ha quedado a medias. El paro ha subido, como cada enero, pero lo ha hecho a niveles de 2014, al igual que la bajada de afiliación a la Seguridad Social, que recuerda a 2013; es decir, los años centrales de la crisis.

“Se cumplen siete años desde que se firmó la Reforma Laboral. Ya advertimos de que no solo no era la solución para crear empleo, sino que precarizaría aún más el que había. La estadística es tozuda y lo demuestra: aumentan los contratos formalizados, pero ni siquiera hay un 10% de contratación indefinida y, de esta, más de la mitad es a tiempo parcial”, carga Joaquín Pérez, secretario general de USO.

“Estamos esperando que el Gobierno, que ya no puede calificarse de ‘nuevo Gobierno’ plantee de una vez por todas las reformas laborales necesarias y ponga en marcha medidas propias que mitiguen los efectos de la Reforma Laboral. Estos ocho meses se han caracterizado por no caracterizarse por nada: inacción absoluta y habitual ciclo de meses buenos a costa de las migajas semanales de campañas comerciales y turísticas”, continúa Joaquín Pérez.

“Nuestros jóvenes siguen sin encontrar estabilidad ni acceden al mercado de trabajo en condiciones dignas: sus informes de vida laboral ocupan folios y folios que suman unos meses de experiencia en forma de decenas de contratos por días. En enero, han vuelto al paro 10.252 menores de 25 años, doblando en porcentaje a la población adulta. Son la diana fácil de las agotadoras campañas navideñas de jornadas de 12 horas durante diez días. Tampoco hay avance alguno en materia de brecha laboral de género. Ese es el empleo que el Gobierno se enorgullece de crear y que al mes siguiente le estalla en la cara”, incide el secretario general de USO, quien añade que: “seguimos esperando el Plan de Calidad para el empleo, el de la Industria, el de la Reconversión Digital… y ha pasado enero y la carta a los Reyes Magos se quedó en ilusión”.