El confinamiento dispara las cifras de protección y petición de ayuda a víctimas de violencia de género

El estado de alarma y el confinamiento están suponiendo un auténtico martirio añadido para las mujeres víctimas de violencia de violencia de género. 19 mujeres han sido asesinadas en lo que llevamos de 2020 en crímenes catalogados como violencia de género. Son datos oficiales a 30 de abril publicados por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, pero que no son aún los definitivos. Otros dos asesinatos se encuentran en estudio y ha habido otra víctima mortal el 27 de mayo en L’Escala (Girona). Es, a fecha de hoy, la última mujer asesinada a manos de su pareja o expareja en la fría estadística que se contabiliza desde el 1 de enero de 2003 en nuestro país.

Desde que existe ese registro, 1.051 mujeres son oficialmente víctimas mortales de violencia de género, 1.052 al menos cuando se publiquen las cifras de mayo.

En 2013, se amplió la estadística al recuento de menores que son también víctimas de violencia de género, extensión del deseo de hacer daño a su madre. En ese sentido, 35 menores han sido asesinados por sus propios padres o por las parejas o exparejas de su madre en un contexto de violencia de género. Además de este daño extremo, otros 289 menores se han quedado huérfanos tras el asesinato de sus madres. 11 de ellos, este año. En ocasiones, la orfandad es completa, pues posteriormente los padres recurren al suicidio.

Abril, un aumento del riesgo para las víctimas de violencia de género en el contexto del confinamiento

El estado de alarma ha provocado que las mujeres que conviven con su agresor estén expuestas al riesgo constantemente. Eso ha quedado reflejado en un aumento de las llamadas de ayuda al 016, el teléfono de información y asesoramiento jurídico en materia de violencia de género. Un teléfono que, recordamos, no deja huella en la factura telefónica, pero sí en el histórico de llamadas. Algunos ya han desarrollado programas que eliminan este registro automáticamente, pero es conveniente que borres cada llamada manualmente o que compruebes si se ha borrado.

Otro servicio con el que cuentan las mujeres víctimas de violencia de género y que se ha reforzado durante el estado de alarma es Atenpro. Y también sus cifras de utilización han experimentado un aumento en estas semanas. El Servicio Telefónico de Atención y Protección para Víctimas de Violencia de Género se puso en marcha en 2005. Hasta el 30 de abril de 2020, ha recibido 105.648 altas.

Las usuarias activas en Atenpro a 30 de abril de 2020 son 14.822. Esto supone un incremento con respecto a marzo del 0,8%. También se han recibido 116 llamadas más. Teniendo en cuenta que marzo ya fue un mes marcado por el inicio del confinamiento y en el que ya se vieron subidas con respecto a febrero, es más significativo comparar las estadísticas de violencia de género de 2020 con abril de 2019. “Y ahí puede verse la desprotección y el aumento del riesgo que ha supuesto el estado de alarma y el confinamiento para las víctimas de violencia de género: las llamadas se han incrementado en casi un 9% este abril. Se han recibido 1.169 llamadas más, que es el mayor aumento registrado históricamente en el servicio”, llama la atención Dulce María Moreno, secretaria de Formación Sindical e Igualdad de USO.

Aumento en los dispositivos de seguimiento y en consultas a otros recursos de apoyo a víctimas de violencia de género

Las instalaciones de dispositivos del sistema de seguimiento por medios telemáticos de las medidas de alejamiento también han sufrido un importante incremento. Desde 2009 y hasta el pasado 30 de abril, se instalaron 7.918. Los activos a final de ese mes eran 1.825. Este dato supone, como para Atenpro, la mayor subida registrada hasta el momento: un 51,8% con respecto a abril de 2019.

“En todos los datos de 2020 vemos aumentos interanuales, pero abril se dispara. El confinamiento está siendo una doble cárcel para estas mujeres. La media de visitas diarias a la web de recursos de apoyo y prevención ante casos de violencia de género ha sido de 84 en abril. Su aumento con respecto a 2019 ha sido similar al uso de dispositivos de seguimiento: 50,8%. Se contabilizaron 2.523, aunque ya bajaron si miramos marzo. El inicio del confinamiento disparó las consultas de las víctimas de violencia de género. En ese momento, las mujeres se plantearon cómo protegerse si vivían las 24 horas con su agresor. Las visitas bajaron un 59,1% de marzo a abril”, analiza Moreno.

Viogén, el Sistema de Seguimiento Integral en los Casos de Violencia de Género utilizado por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, confirma la tendencia del resto de variables. A 30 de abril de 2020, hay 60.417 casos activos. Supone un 0,3% menos que en marzo, pero una subida del 5,3% mirando a abril de 2019.

29.869 mujeres tienen protección policial a esa fecha, casi un 10% más que el año pasado. La mayoría de mujeres con protección se encuentra entre los 31 y los 45 años de edad.

Violencia de género: también puede prevenirse en el ámbito laboral

“Que aumente el número de mujeres que se dan de alta en Atenpro es positivo. Es el paso necesario para pedir ayuda, atreverse a denunciar. Es un paso difícil, pues empieza una fase delicada para ellas. Cuando piden ayuda o denuncian para intentar salir de una relación marcada por la violencia puede darse un grado mayor de violencia, es cuando más necesitan estar arropadas y protegidas. Tanto en protección policial como emocional y económica, ya que muchas son dependientes en ese sentido de sus parejas. Por eso, la USO modificó hace años su reglamento de la CRS. A través de nuestra Caja de Resistencia y Solidaridad, ofrecemos la posibilidad de que las afiliadas que han sufrido o sufren violencia de género puedan tener ese respaldo de la CRS“, recuerda la secretaria de Formación Sindical e Igualdad de USO.

El ámbito laboral es una parte social muy importante de la vida de estas mujeres. Por eso, “también ahí debemos rechazar la violencia hacia ellas y mostrarle nuestra ayuda y apoyo, tanto personal como con medidas efectivas. Los convenios colectivos y los planes de igualdad deben contemplar mejoras negociadas con los representantes de los trabajadores para proteger a mujeres víctimas de violencia de género. Posibilitar un cambio de centro de trabajo facilita el control de su agresor, al ir acompañado muchas veces de un cambio de domicilio. Y también facilitar una plaza de aparcamiento en áreas vigiladas o reservarla lo más cerca posible de la entrada”, propone Dulce María Moreno.