USO celebra el Día Mundial del Medio Ambiente apostando por la gestión de los residuos como mecanismo de protección medioambiental y como oportunidad de crear empleos de calidad

Cada 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, una jornada instituida por Naciones Unidas en 1974, con el objetivo de sensibilizar a la población mundial en relación al cuidado y la protección del medio ambiente.

En el Día Mundial del Medio Ambiente, USO reivindica la importancia de llevar a cabo políticas públicas que protejan nuestro entorno natural, apostando por un cambio en el modelo económico para que sea sostenible y que genere, al mismo tiempo, empleos de calidad. Una de las tareas pendientes desde hace tiempo en nuestro país son los residuos, cuya gestión presenta un grave déficit en su eficacia. Su mejora podría constituirse como una apuesta por la protección del medio ambiente y una oportunidad de creación de puestos de trabajo de calidad.

Un proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados mejorable

El Consejo de Ministros dio luz verde el pasado mes al proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados para impulsar una economía circular y baja en carbono. USO considera imprescindible regular una materia, como es la gestión de residuos, que sitúa a España con tasas de reciclaje y reutilización de residuos (34,7%) muy por debajo de otros países como Alemania (66,7%) o Italia (49,8%). Sin embargo, el proyecto de Ley presentado muestra una falta de ambición, y así lo denunció USO junto con otras organizaciones de la sociedad civil.

Anteriormente, USO se sumó a la denuncia junto a otras 15 entidades sociales, contra el Gobierno ante la Comisión Europea por incumplir el objetivo del 50% de reciclaje para 2020. A nivel de concienciación de la ciudadanía, el sistema va mejorando ya que la separación de envases en los distintos contenedores es cada vez mayor. Sin embargo, aún queda mucho por mejorar en materia de legislación.

El proyecto de ley introduce medidas ligadas a los principios de la economía circular. Esto es, poder utilizar cada recurso una y otra vez para acabar con el concepto de usar y tirar. Establece otra serie de medidas positivas como un plan para eliminar el amianto, al obligar a los ayuntamientos a realizar un censo con los edificios e instalaciones afectados. Asimismo, otras medidas como nuevos impuestos a los envases de plástico de un solo uso y el ejercicio de un control sobre el “turismo de residuos” que se da entre comunidades o con la exportación a terceros países.

Sin embargo, deja en el aire la introducción de otras medidas imprescindibles como es el Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR). A través de este sistema el consumidor, al adquirir un producto envasado, deja un depósito o fianza -generalmente de algunos céntimos de euro- que recupera al devolverlo al establecimiento o al introducirlo en una máquina situada en el propio comercio. Un sistema que funciona desde 1984 en más de 40 países y que en el caso de Alemania cuenta con unas tasas de recuperación del 98%.

La gestión de residuos y los ODS

La gran cuestión en torno a los residuos reside en evitar al máximo su generación, algo que contempla la Agenda 2030. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) cuentan entre sus metas con la producción y el consumo sostenible. En concreto el ODS 12 incluye esta meta para alcanzar el uso eficiente de los recursos, así como el cuidado con residuos sólidos y la reducción de emisiones contaminantes.

Con relación a los residuos sólidos, este ODS se puede alcanzar reduciendo la generación de residuos mediante la prevención, reducción, reciclaje y reutilización, tanto en el consumo como en la producción. La salud y el cuidado del medio ambiente pueden verse altamente beneficiados con políticas que apuesten por patrones de producción y consumo sostenibles, así como una gestión adecuada de los residuos.

En el terreno laboral, la apuesta por el reciclaje también se traduce en la creación de empleo. El sector del reciclaje representaba en 2017 el 17% del empleo verde en España, registrando un crecimiento del 9,8% superior al de la media de la economía española, según datos de la EPA.