Tras conocer el fallo del Tribunal Supremo en el que desestima la petición de una funcionaria de que se le abone una parte de la productividad semestral que le ha sido detraída por su, según se argumenta, bajo rendimiento en un periodo de 15 días en el que ha estado de baja por IT, desde la Federación de Atención a la Ciudadanía de USO “manifestamos nuestra oposición y asombro, sin perjuicio del acatamiento debido a la misma”.

Por ello, “reclamamos la necesidad inminente de negociar un nuevo sistema retributivo para los empleados públicos acorde con la realidad, que permita dignificar sus retribuciones, y que acabe de una vez con cualquier tipo de cacicadas o actuaciones arbitrarias y abusivas”, argumenta Luis Deleito, secretario general de FAC-USO.

Tras analizar la sentencia, FAC-USO considera que la Sala no entra en el fondo de la cuestión, al limitarse a citar una serie de preceptos respecto de la definición de lo que debía ser la productividad, así como que la percepción de la misma no consolida derechos respecto su percibo en ejercicio posteriores.

“Se olvida la Sala que, en nuestro actual y obsoleto sistema retributivo, la denominada productividad no es objetivamente ‘productividad’ en la mayoría de los casos, sino que, por sus características y forma de pago, es realmente salario puro y duro, que integra el conjunto de retribuciones de un empleado público, que puede tener en su nómina, dándose hasta tres o cuatro tipos de productividades diferentes”, explica Deleito. Por tanto, esa productividad en estos supuestos es salario, forma parte de su estructura salarial, y así debe de ser conceptuado.

Además, “permitir que su cuantía venga fijada mediante la decisión subjetiva de determinado superior jerárquico es una tiranía inaceptable en el siglo XXI”, añade Deleito.

Si el empleado público en cuestión no cumple efectivamente con su trabajo, existen medios, dentro del sistema sancionador, para en su caso incoarle el correspondiente expediente disciplinario, con las debidas garantías, e imponerle las sanciones que en el mismo se pudieran determinar, apuntan desde FAC-USO.

“La sentencia no entra en estas cuestiones que, a nuestro entender, se nos antojan fundamentales para concluir con que el actual sistema retributivo de los empleados públicos en España es arcaico, está obsoleto y es inservible para los retos que una Administración moderna plantea”, concluye Deleito.