USO ha denunciado ante Inspección de Trabajo a Ryanair y a su filial Lauda por incumplir las normas de seguridad de la EASA frente al coronavirus y la Ley de Prevención de Riesgos Laborales

USO-Sector Aéreo ha denunciado ante Inspección de Trabajo a Ryanair y a su filial Lauda, que opera únicamente en Palma de Mallorca, por saltarse las normas de seguridad frente al coronavirus impuestas por la Agencia Europea de Seguridad Aérea y la Ley de Prevención de Riesgos Laborales española en su generalidad.

En sendas denuncias, USO especifica que tanto en Ryanair como en Lauda hay una carencia de equipos de protección adecuados para sus trabajadores. Las aerolíneas proporcionan una simple mascarilla quirúrgica, no clasificada por el Gobierno como EPI, para jornadas de más de 12 horas, cuando su uso se limita a 4 horas antes de ser desechada. Ryanair, en algunos casos, está proporcionando en vez de esas, tres mascarillas de tela por turno, no homologadas.

USO reclama mascarillas de tipo FFP para los trabajadores, que deben estar en contacto con cientos de pasajeros al día en un entorno de trabajo cerrado, donde no pueden mantenerse las distancias de seguridad.

Ryanair: sin seguridad para los trabajadores, sin seguridad para los pasajeros

Ryanair no dispone de mascarillas de repuesto a bordo, como aconsejan EASA (Agencia Europea de Seguridad Aérea, por sus siglas en inglés) y el Centro Europeo para la prevención y Control de Enfermedades (ECDC), para que, en caso de que un pasajero no pueda llevar mascarilla como consecuencia de deterioro, pérdida, rotura u otra casuística, pueda ser reemplazada y mantener unos mínimos entornos de seguridad en los aviones.

Las aeronaves son espacios donde las distancias de seguridad son imposibles de mantener, por el estrecho espacio entre asientos o la cercanía al pasillo, lugar donde los tripulantes de cabina deben ejercer parte de su trabajo.

En estos casos, Ryanair instruye a sus tripulantes para que informen a los pasajeros de que “pueden” cubrirse nariz y boca (con pañuelos, por ejemplo), porque no existe otra alternativa posible a bordo, donde no hay mascarillas de repuesto.

En España está regulado el uso obligatorio de las mascarillas para los usuarios del transporte público. Sin embargo, la empresa informa a los trabajadores de que será “en España donde deban cumplir con esta obligatoriedad”, y no a bordo del avión, invitando a los pasajeros de alrededor a cambiarse de asiento, en caso de que un pasajero se niegue a ponérsela.

Otro incumplimiento en materia de seguridad: ni Ryanair ni Lauda reducen el servicio a bordo

La EASA ha incorporado en sus medidas de seguridad frente al covid-19 reducir el servicio a bordo a las mínimas necesidades. Así, se favorece mantener las distancias de seguridad el mayor tiempo posible. Distancia, en este caso, de la tripulación con el pasaje, pues el servicio a bordo solo puede prestarse ocupando los pasillos, con paradas relativamente largas ante cada fila de asientos. Llegan a desaconsejar explícitamente el ofrecer el duty-free.

Ryanair y Lauda Motion ignoran esas recomendaciones, pasando el servicio a bordo de manera normal. Y tampoco cumplen con la indicación de no vender alcohol. Que los pasajeros consuman alcohol durante el trayecto dificulta, como es lógico y así lo entiende la EASA, el control del pasaje y la labor de concienciación por parte de la tripulación. Esto, unido a la posibilidad de que haya pasajeros sin mascarilla, puede desembocar en tensiones y trifulcas durante los trayectos.

“Ryanair y Lauda parecen primar más el objetivo económico que la seguridad de la plantilla y el pasaje. Ponen en riesgo no solo la salud de las personas, sino la recuperación económica sostenida por fases acorde con los pasos que se piden desde Sanidad. Es una actitud temeraria e imprudente. Demandamos que Ryanair y su filial no escatimen en medios de protección y en el cumplimiento de las directrices de EASA. No todo vale para ganar dinero. Las vidas son lo primero, estos meses nos lo han demostrado”, advierte Gustavo Silva, secretario general de la sección sindical de USO en Ryanair.

Un rebrote de coronavirus en un vuelo sería fatídico para el sector en su conjunto

EASA y el Centro Europeo de Control de Enfermedades también recomiendan programar las mismas tripulaciones, no mezclarlas, para evitar contactos cruzados y un mayor riesgo de contagio. Esta planificación también la ignoran tanto Ryanair como Lauda. Y no solo, tampoco se mide la temperatura de los trabajadores dos veces al día ni se bloquea el baño delantero para uso exclusivo de pilotos y tripulación.

“El sector aéreo es un sector doblemente sensible. Por un lado, en lo laboral se ha visto afectado de lleno y está tardando más que otros en volver a la normalidad. Y, por supuesto, como vector de transmisión. Movemos a pasajeros a grandes distancias, no solo entre provincias, sino con otros países. Ryanair no pone en riesgo a las dos o tres personas alrededor de quien no va protegido, que ya sería suficientemente grave, es que pone en riesgo a poblaciones enteras. Ryanair repite los errores de movilidad de enero, cuando no se sabía la magnitud de la pandemia, liberalizando a su manera la apertura de fronteras”, acusa Ernesto Iglesias, responsable de Vuelo de USO-Sector Aéreo.

“Un brote en un avión de Ryanair podría confinar todo el transporte aéreo de nuevo”, avisa Iglesias.